Esteban Alcántara

1487. La conquista de Málaga

17/12/2025 - 19:00 - Librería Proteo

Presentación de 1487: La conquista de Málaga (Ediciones del Genal / Fundación Unicaja) novela gráfica sobre la toma de Málaga por los Reyes Católicos del historiador y dibujante malagueño Esteban Alcántara. En charla entre el autor y Héctor Márquez.

17/12/2025 - 19:00 - Librería Proteo - Pta. de Buenaventura, 3 - Málaga
Entrada libre hasta completar el aforo.

Hace 32 años el malagueño Esteban Alcántara Alcaide -licenciado en Historia, militar de carrera, dibujante de cómic histórico y dinámico divulgador de la Historia de Málaga a través de múltiples iniciativas- publicó por vez primera la novela gráfica “1487: La conquista de Málaga”. Aquel cómic tenía dos grandes cualidades: resumía para todos con un rigor y fidelidad histórica la toma de la Málaga musulmana por parte de las coronas de Castilla y Aragón en 1487 dando fin al período andalusí en nuestra ciudad y por otro se distanciaba de los relatos tradicionalistas que señalaban aquel asedio como un triunfo católico poniendo en el mismo plano a los vencidos musulmanes y judíos. Además, con su trabajo homenajeaba a los héroes del cómic que le hicieron apasionarse por la Historia: El príncipe Valiente de Harold Foster y El Capitán Trueno de Víctor Mora y Ambrós. Hoy rescatamos y ponemos en valor aquella obra gracias a la preciosa edición por primera vez en color que Ediciones del Genal con el patrocinio de Fundación Unicaja ha realizado de este cómic único. Lo presentamos al público el miércoles 17 de diciembre a las 19 horas en El Tercer Piso de Proteo, en una charla entre el autor y el periodista Héctor Márquez, que revelará los secretos de este trabajo único y pionero en la divulgación de la historia malagueña. Se da una circunstancia histórica: en la Librería Proteo se pueden visitar los restos de la puerta norte de la ciudad musulmana, la Puerta de Buenaventura. Patrocina Fundación Unicaja. Entrada libre. 

1487: LA CONQUISTA DE MÁLAGA fue publicado por primera vez, y en blanco y negro, en diciembre de 1993, cumpliéndose en 2025 los treinta y dos años de aquella edición. Por entonces, los jóvenes de nuestra capital, en general, desconocían a personajes como El Zegrí o Hernando Pérez del Pulgar, tampoco las vicisitudes del cerco de Málaga por parte de las huestes de los Reyes Católicos (lo experimenté porque, en aquel tiempo, ejercí la docencia). En todo caso, quise que la obra plasmara un respeto y comprensión hacia las religiones, islámica, hebrea y cristiana, y que el bien de la tolerancia existiera, de tal manera, que el día de su presentación había en el aforo, musulmanes, judíos y cristianos. Fue una experiencia muy positiva. Sin embargo, tanto en el relato como en las imágenes del libro, no debían sustraerse males de la época como, por ejemplo, que Dios estaba siempre a favor del bando propio. Y es que todavía habría que esperar a 1517, para que Erasmo de Rotterdam escribiera su Querela Pacis (Lamento de la Paz), y otros textos que expandieran una evolución diferente en cuanto al punto de vista del Dios “aliado”. Eran los destellos del Renacimiento. El concepto de la tolerancia no comenzó hasta el siglo XIX, con la llegada de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. La libertad de creencia, opinión y expresión se convirtió en un derecho inalienable ligado a la libertad de tomar las propias decisiones y de juzgar en conciencia. Sin embargo, no debemos perder de vista, que la decisión individual de obrar en conciencia siempre ha existido, y perdurará en los seres humanos frente a las conductas generales y la imposición de los poderes; y esa conciencia, ese obrar diferente, aparece en varios personajes del libro, oponiéndose con valor al fanatismo, las supersticiones y al mal de la ignorancia imperantes.

Creyendo en todo ello, te invito amable lector a que te introduzcas en 1487: LA CONQUISTA DE MÁLAGA.

Esteban Alcántara Alcaide

PRÓLOGO: EL ACONTECIMIENTO, EL AUTOR, LA OBRA

Conquista. Reconquista. Toma. Sea cual fuere el nombre que cada cual desee darle a la incorporación de Málaga a la Corona de Castilla, no cabe la menor duda de que los acontecimientos bélicos que culminaron con la entrada en esta ciudad de los Reyes Católicos en agosto de 1487 tuvieron, y han de seguir teniendo, una importancia capital en la conciencia colectiva de los malagueños actuales y futuros.

Los relatos de los cronistas, visiones parciales —al menos subjetivas—, como obra de actores que intervinieron en el drama. Los libros de Historia y las investigaciones académicas más recientes sobre el tema han sido minuciosamente consultadas por el autor de este libro gráfico para reconstruir, idealmente, pero con el máximo rigor, los paisajes, actores y acontecimientos que intervinieron activamente en la batalla por Málaga.

Porque el respeto a los conocimientos históricos, el estudio profundo de la orografía malagueña, de la poliorcética, de los atuendos, armas, bagajes y construcciones del momento, brillan con luz propia en el grafismo de esta obra, como no podía por menos de suceder en el trabajo de un historiador tan metódico, concienzudo y paciente como su autor Esteban Alcántara. Malagueño de nacimiento e historiador vocacional, Esteban se licenció en Historia Moderna por la Universidad de Málaga, demostrando una curiosidad ilimitada y un interés profundo por adentrarse en los intersticios de la Historia y correspondiendo a las orientaciones recibidas con una capacidad de estudio, de observación y de análisis (de trabajo, en suma), que ahora se evidencian en la obra que el lector tiene en sus manos. Nuestra amistad, gestada en la facultad y cultivada en el trato posterior, no es, en modo alguno, determinante en mi juicio sobre este monumento a la constancia y la vocación.

El malagueño actual puede (y este “puede” significa que aún hoy en día le es factible realizarlo si tiene suficiente interés y efectúa el esfuerzo requerido), observar unas perspectivas del Castillo de Gibralfaro y de la Alcazaba, similares a las que en este libro se reflejan y a las que vieron los Reyes Católicos en aquellos momentos cruciales, desplazándose al Monte de San Antón, al Calvario y algunos otros lugares, sin que construcciones modernas le impidan esa visión, al menos totalmente. Obviamente, la muralla, los baluartes y el interior de la ciudad, han debido ser reconstruidos idealmente, interpretando textos coetáneos y planos de época posterior, pero sin que los condicionamientos inherentes a una obra gráfica de esta naturaleza desvirtúen, en lo más mínimo, el rigor del estudio de base y las conclusiones del mismo derivadas.

El valor intrínseco de esta obra está fuera de toda duda, pero el interés personal del autor, lo que le ha sostenido en las interminables horas de consulta bibliográfica y frente al tablero de dibujo, ha sido poner a disposición de los malagueños, con independencia de su edad y de su nivel cultural, un retazo vivo de la historia de nuestra ciudad, tratando de motivarnos para conocerla mejor, lo que, sin duda, nos llevará a quererla y respetarla como Málaga se merece.

Siro Villas Tinoco
Profesor de Historia Moderna de la Universidad de Málaga. Académico de San Telmo

EL CÓMIC HISTÓRICO COMO REFERENCIA

Estimado lector:

Cuando en nuestra vida cotidiana escogemos la lectura de un cómic, lo hacemos como un entretenido pasatiempo, aprovechándonos de los tintes lúdicos, imaginativos y relajantes, que el momento nos presenta.

Al igual que la música, el cine o la novela, el cómic constituye un buen medio de expresión característico de nuestra época.

A lo largo del siglo XX, el cómic produjo una mitología de ingentes proporciones, un alto número de obras de gran envergadura artística y un lenguaje lleno de peculiaridades y hallazgos estéticos.

Sabemos que existen muchas tendencias, formas y estilos, en el mundo de las viñetas, describiendo un amplio arco que va desde los clásicos y “de risa”, hasta los críticos o los eróticos.

Entre todos ellos destacan, por su personalidad, los de corte histórico, en los que muchos creemos, a pesar de lo relegado que anduvieron un tiempo, arrollados por el esnobismo que ha supuesto el aluvión de modas más actuales.

Con el cómic histórico se equivocan los que lo tachan de desfasado o antiguo, porque si bien lo pasado es el cuerpo de la historia, no debemos de olvidar, que su aprendizaje nos lleva a la explicación del presente, y a cierta previsión sobre el futuro.

¿Para qué puede servirnos la lectura de un cómic histórico? Para ser la introducción o antesala que nos lleve a interesarnos por un episodio de la historia que, hasta entonces, prácticamente desconocíamos, y que, más tarde, a través de medios más trabajados, como los textos monográficos, las biografías o las minuciosas tesis, nos llevarán a él con abundancia de datos y precisión científica, saciando nuestras inquietudes.

Esa es la idea: la motivación. En cualquier viaje, espera o reposo, podemos echar mano al mundo del tebeo, y es en ese momento cuando, de forma intrascendente, ante la vista de un tema interesante, nace en nosotros la inquietud sobre un hecho ya pasado del que, hasta entonces, o bien no conocíamos o sólo habíamos tenido una vaga referencia.

Al cómic histórico se le deben exigir un mínimo de condiciones. La elaboración de sus dibujos ha de mostrar con la mayor fidelidad posible, independientemente del estilo particular del autor, los paisajes, los edificios, la poliorcética, el ambiente, vestimentas y rostros de los personajes, huyendo de las tentaciones de la fantasía del anacronismo. Para ello, los autores deberán consultar textos especializados que los llevarán a una coherente plasmación de las viñetas. En cuanto al guion, más que una impecable y casi imposible objetividad, debe de existir una plasmación de valores y una valiente exposición del ideal para el que está concebido. Porque el cómic histórico, dentro de sus posibilidades, debe aportar al lector ese “alma”, con el añadido del mayor número de datos posibles, expresando una fácil narrativa, con buena capacidad de síntesis y vocabulario variado, que lleve al correcto engarce de las distintas acciones.

Esteban Alcántara Alcaide

Entrevista a Esteban Alcántara en el programa La Memoria, de Canal Sur

Esteban Alcántara

Sus dibujos se encuentran en exposición permanente en el Centro de Interpretación Histórico del Castillo de Gibralfaro, en la Torre Museo de la Cala de Mijas, en el Centro de Interpretación Histórico José María Torrijos (Málaga), y en las ruinas de la Alquería de Mollina (Alhaurín de la Torre). En el caso de Alhaurín de la Torre (Monumento “Encuentro en Alhaurín”), y en la Ruta Mudéjar de Comares, están copiados por ceramistas en azulejos, en los lugares históricos que los dibujos describen. Algunos de sus seguidores, niños ayer y profesores hoy, han tenido la idea, y el reconocimiento, de crear en 2015 el “Premio Esteban Alcántara de cómic-historico” en la Alta Axarquía.

Alcántara ha llevado a cabo trabajos de investigación en Annual (Marruecos), Bailén, o la ruta de Moncey en Valencia. También ha dedicado tiempo al historial del Regimiento de Infantería de Málaga. Su última novela publicada es Torremolinos dreams, que transcurre en el verano de 1967.

Desde 1993, han destacado sus trabajos en torno a la figura de José María Torrijos: investigaciones sobre la Ruta de Torrijos, la Alquería de Mollina y su cerco de 1831, numerosos artículos de prensa y colaboraciones en revistas especializadas, ciclos de conferencias, coautor del “Musical Torrijos” y director de los vídeos de “La Ruta de Torrijos”, “Torrijos” y “José María Torrijos y la Guerra de la Independencia”, así lo avalan, uniendo a ello los cuatro libros publicados, escritos sobre el citado personaje: El secreto de la Plaza de la Merced, Del Charcón a la Alquería: un camino para Torrijos, Réquiem por Torrijos y Torrijos y la Guerra de la Independencia.

Además, Esteban Alcántara es pionero en la provincia de Málaga en cuanto a llevar las recreaciones históricas a pie de calle, pues fue uno de los cinco integrantes que firmaron el acta de fundación de la Asociación Histórico Cultural Torrijos 1831, en el año 2002, siendo este colectivo el más antiguo de recreaciones históricas del siglo XIX, en toda Andalucía, y fundador de las llamadas “Jornadas de homenaje a Torrijos y la Constitución”.

Actualmente, con sus compañeros de asociación, promueve en el Refectorio del antiguo convento carmelitano de San Andrés, numerosos actos culturales (conferencias, exposiciones y debates), de carácter histórico; actuando, tanto él y sus compañeros, como guías para los centenares de visitantes que acuden al Centro de Interpretación Histórico José María Torrijos (tanto colectivos culturales y de mayores, como colegios, institutos, facultades y grupos turísticos).

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