Con Mª José Coronado Luque

11/03/2023 - 11:00 - Librería proteo

Los talleres se llevarán a cabo en El Tercer Piso de Librería Proteo los sábados 11 marzo, 1 abril y 6 mayo de 11:00-13:00. Costarán 15€ por sesión que se abonarán antes de cada sesión en la Librería Proteo. Se acepta un máximo de 10 plazas por taller. Para reservar plaza e inscribirse deberán escribir a [email protected] indicando la edad y nombre completo del/a inscrit@ y teléfono de contacto y correo electrónico del adulto que lo representa.

11/03/2023 - 11:00 - Librería proteo
15€ / sesión - Reserva de plaza: [email protected]

Aprender a pensar mejor y autónomamente es la base de la filosofía. Diríamos mejor: la base de la autoestima, la autopercepción e individuación y por tanto un nutriente básico para aumentar la capacidad de establecer relaciones más independientes y creativas con uno mismo, con los demás y el entorno que nos rodea. Y la lectura, una lectura activa, lúdica, comunitaria, es la mejor herramienta para lograrlo desde los primeros años.

Desde El Tercer Piso de Librería Proteo queríamos organizar programas de actividades que se enfocaran en l@s más pequeñ@s. Ayudar a hacer crecer saludable y creativamente la semilla por el amor a la lectura, los libros y la capacidad de pensar y expresarse con precisión cuando aún es posible. Y hemos encontrado a la persona ideal. La mejor jardinera para un huerto filosófico formado por niñas y niños. Se llama María José Coronado Luque. Es malagueña, de Mijas. Es madre. Es artista. Es poeta. Es Educadora con especialidad en Ciencias Humanas (UMA), titulada por la Asociación Nacional de Filosofía para Niños y representante en España del proyecto internacional Philosophy for Children, creadora del proyecto Huertos Filosóficos y de la Asociación BePop. En este proyecto, Leo, luego existo, dirigirá talleres con grupos de niñas y niños de entre 8 y 11 años partiendo de dinámicas de lectura compartida. Ojo, no es un taller para explicar la historia de la Filosofía a l@s chaval@s. No nos gusta empezar la casa por el tejado. Nos gusta más subirnos al tejado cuando la casa ya está hecha.

En casa sesión, de dos horas de duración elegiremos un libro que leeremos comunitariamente. Cada libro versará sobre unos conceptos y temáticas específicos: amistad, paciencia, ser uno mismo, cooperación, valentía, libertad, autonomía, creatividad, miedo, pensamiento, belleza, diferencia, compasión, ética, autoconocimiento, conductas, emociones, respeto, ecología, esfuerzo… Estamos hablando de clásicos y contemporáneos de la literatura infantil, totalmente validados por especialistas: A qué sabe la luna, Frederick, El Gruffalo, El patito Feo, El pequeño jardinero o Donde viven los monstruos.

Los talleres se llevarán a cabo en El Tercer Piso de Librería Proteo los sábados 11 marzo, 1 abril, 6 mayo de 11:00-13:00. Costarán 15€ por sesión que se abonarán antes de cada sesión en la Librería Proteo. De acepta un máximo de 10 plazas por taller. Para reservar plaza e inscribirse deberán escribir a [email protected] indicando la edad y nombre completo del/a inscrit@ y teléfono de contacto y correo electrónico del adulto que lo representa.

Aprender a pensar mejor es extraordinariamente valioso a “cualquier edad” a nivel personal, educativo e incluso sanitario, pero en el plano social es “urgente” para favorecer la convivencia democrática de las generaciones presentes y futuras.

Por lo tanto, deberíamos ayudar a que toda la ciudadanía (sobre todo los niños y los mayores) posean un “pensamiento propio ético, creativo y crítico” para poder discernir sabiamente en temas tan acuciantes como: educación, refugiados políticos, migrantes económicos, sanidad, mujer e igualdad, derechos humanos, consumo, nuevas tecnologías, 1500 millones de personas en el mundo en situación de pobreza extrema, crisis climática, etc…

En nuestros talleres de Filosofía con niños Leo, luego existo, se va a incluir una actividad lúdica para cohesionar el grupo, la lectura comunitaria de un libro, un cuento, un diálogo filosófico posterior (que no debate) y se va a cerrar con artes plásticas. No es la intención de este taller trasmitir los conocimientos de la historia de la filosofía, sino que se van a activar las habilidades del pensamiento para cimentar la posibilidad de pensar críticamente, creativamente y de forma ética. El diálogo filosófico que van a practicar l@s chaval@s será el motor para que se habitúen a cuestionar y así no dejarse arrastrar por hábitos de pensamiento automáticos o de la mayoría. También se analizarán los textos para profundizar y se tratará de argumentar dentro del diálogo (que no debate). Nuestra metodología será científica pues se va a construir conocimiento en grupo, mediante una comunidad de investigación (filosófica). Y colaborativa (comunidad de investigación). La idea es que su forma de pensar sea más efectiva y afectiva. Sean más eficaces intelectualmente y más afectivos emocionalmente. Como consecuencia estas criaturas podrán adquirir las herramientas para pensar de forma autónoma, por ellas mismas.

Mª José Coronado Luque

Mª José Coronado Luque es educadora con especialidad en Ciencias Humanas, Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de Málaga. También está titulada por la Asociación Nacional de Filosofía para Niños, representante en España del proyecto internacional Philosophy for Children y ha realizado Master en “Filosofía 3/18” (desde los 3 a los 18 años) por la Universidad de Girona. Con el Trabajo Final de Máster investiga la esperanzadora aplicación en ancianos de la metodología de construcción del pensamiento en comunidad, a partir de las premisas del proyecto Filosofía para Niños. Desarrolla talleres de filosofía para todas las edades en las bibliotecas de Torremolinos, Mijas,  Benalmádena y Fuengirola, y colabora mensualmente desde el 2017 en el programa Mijas al día de Radio Mijas con: Café, filosofía y Churros (una sección de filosofía para el día a día), y con un apartado de Filosofía para la familia llamada La Filosofía entre cuentos. Creadora de Huertos Filosóficos y de la asociación Bepop, la cual centra su actividad en la innovación educativa, cultural y filosófica. Es también escritora y música. Bajo el alias de María Rayo fue la cantante y letrista del grupo de culto y pop Caradefuego. Es madre. http://huertosfilosoficos.com/ http://mariajosecoronadoluque.com

DINÁMICA Y FUNDAMENTO DE LOS TALLERES

POR Mª José Coronado Luque

“Defiende tu derecho a pensar porque incluso pensar de forma errónea es mejor que no pensar”. Hipatia de Alejandría

“Educar en el asombro es educar al niño en el agradecimiento por la vida, la belleza y el misterio que le rodea”. Carherine L ‘ Ecuyer.

“Un buen cuento nos hace reaccionar. Y en esa reacción -muchas veces emocional- está la semilla del estímulo para dialogar. Cuando algo te toca, quieres, necesitas hablar sobre ello y compartir lo que piensas. El uso de la literatura infantil como estímulo para el diálogo filosófico es una realidad”.  Ellen Duthie.

“La buena literatura, siempre, siempre da que pensar (y de verdad)”.  Ellen Duthie

  1. Favorecer y mejorar las habilidades de razonamiento (y la razonabilidad) a través de la reflexión y gracias al diálogo estimulado por la lectura de un cuento, partiendo de la base de que todo aquel que es capaz de hablar, es capaz de pensar, y que mejorar el habla es mejorar el pensamiento.
  2. Degustar con placer buena literatura infantil pues esta será compartida por la facilitadora-educadora previo estudio del panorama actual, la historia del álbum ilustrado y de los intereses de los niños y niñas. Compartir el gusto por la lectura de un buen cuento en vez de recomendarlo como si fuese medicina es otro enfoque para acercar a los niños a la lectura.
  3. Disfrutar de la lectura, leer de forma crítica y desarrollar un pensamiento reflexivo.
  4. Enganchar a la lectura mediante buenos cuentos, mediante compartir las ideas que el cuento me ha inspirado, mediante “jugar a pensar” contando qué habría hecho uno mismo, no para nota, si no por el placer de que los compañeros disfruten de la imaginación.
  5. Las niñas y niños van a adquirir una capacidad de investigación motivada por el cultivo del arte de preguntar y sorprenderse de lo cotidiano, como consecuencia van a mejorar en su capacidad de diálogo, lectura, escritura y cálculo. Aprender a aprender.
  6. Descubrir que el arte de dialogar y deliberar son métodos válidos para aprender a razonar y aprender de los otros. Al utilizarse como metodología el diálogo los pequeños disfrutan enormemente de la oportunidad de poder hablar con libertad. Se da voz a los niños y niñas para PENSAR JUNTOS.
  7. Van a adentrarse en temas de relevancia profunda en el plano existencial como la amistad, las emociones, la justicia, el miedo, la belleza, etc… que les ayudarán a entender la vida. Recuérdese que estos temas no son tratados en los colegios, por lo tanto, despiertan gran interés en los niños, niñas o adolescentes. Todos somos filósofos, todos nos hemos cuestionado alguna vez: ¿qué es lo correcto, qué es la muerte, qué es la felicidad…?
  8. Se va a jugar a pensar, adquirir el hábito de pensar de forma lúdica y relajada. Al ofrecer un espacio donde pensar no tiene límites recibiremos “el error” con emoción pues nos puede estar abriendo una nueva puerta secreta para avanzar en el tema propuesto desde otro prisma completamente nuevo.
  9. Al llevarse el taller a cabo con cuentos o álbumes ilustrados, mitos y leyendas, se está promoviendo la animación a la lectura y el amor a los libros. Los cuentos seleccionados tienen potencial para utilizarse como estímulo en el diálogo filosófico.
  10. Expresar sus propias ideas, ser autónomo (construir un pensamiento personal) sin intentar complacer, dar la respuesta correcta o adivinar lo que el adulto opina es un objetivo de primer orden en esta propuesta. Dialogar al hilo de lo que se ha comentado con anterioridad para desarrollar una escucha atenta, activa y no caer en una suma de monólogos inconexos es muy importante.
  11. Invitar a preguntarse sobre el mundo y sobre uno mismo con una actitud filosófica;  hacerse preguntas con rigor, desde un punto de vista y desde el contrario, pensar en respuestas y ver si se sostienen.
  12. Potenciar el gozo por hacer  “preguntas genuinas” como disparador para despertar el asombro,  la curiosidad, el placer por la indagación, la exploración y la reflexión. Para implementar la fortaleza del deseo de aprender a aprender. Además de utilizarse como vínculo comunicativo entre los niños y niñas.
  13. Ofrecer un espacio para que los niños hablen sobre lo que les interesa, sobre sus propios problemas.
  14. Reconocer por parte de los niños que construir su propio pensamiento es un derecho, una responsabilidad, y que pensar es una experiencia gozosa que nos llena de autoconfianza.
  15. Explorar el mundo y preguntarse cómo funciona, dónde se sitúan ellos en el mundo que les rodea, y cómo pueden o deben actuar, proponiendo distintas escenas o contextos que aplican complejidad al tema tratado, de esta forma el niño construye poco a poco un mapa conceptual muy rico sobre la amistad, la paz, el saber, la realidad…etc.
  16. Aprender a sentir interés sincero cuando mostramos curiosidad por los pensamientos de los demás no considerando  “monerías” las respuestas de los peques. Dar valor a sus puntos de vistas para dar visibilidad real al niño es promover el bienestar personal y su autoconfianza.

Jordi Nomen: «El cuento del patito feo también es filosofía»

Por Olga Pereda

El profesor de Filosofía y responsable del departamento de Humanidades de la escuela Sadako de Barcelona Jordi Nomen (Barcelona, 1965) demuestra en el libro ‘El niño filósofo’ (Arpa editores) que la filosofía se puede enseñar a los chavales desde muy pequeños. No es una ciencia para cuatro elegidos sino una manera de que los más pequeños piensen por sí mismos, piensen mejor y piensen en los demás. Los niños filósofos de hoy serán los ciudadanos críticos del mañana.

-¿A partir de qué edad se le puede enseñar filosofía a un niño?

-Desde los dos o tres años si se cuenta con los materiales adecuados. Lo que hacemos es trabajar con marionetas o contarles cuentos sencillos. ‘El patito feo’, por ejemplo. No nos limitamos a leerles la historia, sino que les preguntamos por qué creen que le llaman feo y si una persona ‘fea’ puede ser aceptada en la sociedad.

-Así que ‘El patito feo’ también es filosofía.

-Por supuesto que lo es. Habla de la marginación y la confianza en sí mismo para convertirse en cisne. Cualquier material sirve para enseñar filosofía. Si un formador tiene mirada filosófica y sabe preguntar filosóficamente puede conseguir que los niños y las niñas piensen filosóficamente.

-¿Y los papás y las mamás?

-Esta tarea no es solo de los profesores. No hay que ir a la universidad y estudiar la carrera de Filosofía para tener una mirada filosófica. Simplemente hay que salirse del contexto. Un padre o una madre puede leer ‘El patito feo’ y preguntar a su hijo: ¿Por qué le llaman feo? ¿A ti te han llamado feo alguna vez? ¿Crees que es conveniente llamar fea a una persona o la belleza es mucho más que el aspecto exterior? Este tipo de preguntas son netamente filosóficas. Es cuestión de práctica y de tener ganas.

-Y tiempo.

-Claro. Hay que ir poco a poco. Esto no requiere prisa. La reflexión siempre implica tranquilidad, reposo y serenidad. No hay que forzar. No consiste en hacer una lista de diez preguntas a los chavales.

-En ‘El niño filósofo’ afirma que una clave fundamental es cómo se cuentan los cuentos. Recomienda hacerlo en voz alta y gesticulando.

-Son los matices del lenguaje no verbal, que se pierden escuchando un cuento pregrabado. A veces nos precipitamos y queremos que el niño sepa cómo va a terminar la historia, cuando en realidad es más interesante trabajar las habilidades del pensamiento con ellos. Matthew Lipman, creador del programa Philosophy for Children, insistía en que no hay que precipitarse sino dejar que piensen. Lo mejor es pararse un momento y hablar sobre las posibilidades que tienen los personajes.

-Si les leemos ‘El traje del emperador’…

-Pues, por ejemplo, le preguntamos ¿qué podría haber hecho el emperador para que no le hubieran engañado? Ahí estás haciendo que el niño piense.

-Y que se divierta. En su libro recuerda cómo Montaigne decía que los juegos de los niños “no son juegos, sino que deberían considerarse como sus actos más serios”.

-La filosofía también es jugar. Jugar con el pensamiento. Por eso no hay que precipitarse. Podemos decir al niño que seguimos con el cuento mañana. A los adultos nos pasa lo mismo con las series, tenemos ganas de ver el siguiente capítulo para saber qué pasa. Con los cuentos infantiles sucede igual. Si sabemos hacer las preguntas adecuadas estaremos enseñando a nuestros hijos a pensar. Si añadimos el elemento de valoración moral les estaremos enseñando algo más.

-¿Qué es la valoración moral?

-Preguntarle ¿te parece justo que al patito le llamen feo? A lo mejor el niño te explica muchas cosas. Por ejemplo, te puede decir que en su clase hay un compañero al que llaman feo. Ahí los padres pueden actuar desde el punto de vista moral y preguntar si le parece justo y por qué.

-Imaginemos un niño al que le lean cuentos de esta manera y otro que no. Cuando cumplan 15 años ¿qué diferencias habrá entre ellos?

-La primera diferencia es que el niño también se acostumbra a preguntar y sus preguntas serán más certeras. Un adolescente que haya recibido esa formación será un adolescente rebelde, alguien a quien no convencerá el discurso fácil.

-Rebelde en el sentido positivo.

-En el sentido de ciudadanía. Los ciudadanos debemos ser rebeldes y no conformarnos con un discurso si el argumento no tiene fuerza. Estos chicos y chicas detectan contradicciones y prejuicios y tienen pensamiento crítico. Y también son más creativos. La filosofía no solo es hablar sino dibujar, buscar símbolos y metáforas. Hace poco asistí a una clase de con alumnos de cinco años. La maestra les enseñó un sonajero hecho con un rollo de papel y granos de arroz y les propuso hacer grupos y fabricar su propio sonajero en 25 minutos. Cuando acabaron le sentó en un círculo y les preguntó qué había sido lo más fácil y lo más difícil. Eso es una pregunta muy filosófica.

-Usted defiende que se educa dando tiempo para pensar. Pero en muchos casos los niños siguen atados a los deberes mecánicos.

-Hay que abolirlos, no tienen sentido.  Los únicos deberes que debería haber son los que mueven a las familias a pensar. A mis alumnos de Ética, por ejemplo, les mando de deberes un dilema moral para que lo hablen en casa: “Te encuentras en un centro comercial una cartera con 50 euros y el DNI. ¿Qué haces?”