26/09/2024 - 19:00 - Librería Proteo

Presentación de Sin azúcar (Cuatro Lunas), mirada familiar a Marruecos desde los ojos de una mujer occidental. Charla con Mireia Estrada, Sergio Barce y Héctor Márquez.

26/09/2024 - 19:00 - Librería Proteo - Plaza de Buenaventura, 3 - Málaga
Entrada libre hasta completar el aforo.

¿Cómo percibimos al Otro, a l@s otr@s, cuando se trata de una cultura ajena? ¿Son tan grandes como nos quieren hacer creer nuestras diferencias? En su libro Sin azúcar, la filóloga y gestora cultural catalana Mireia Estrada, cofundadora de la residencia de artistas Jiwar, lo cuenta maravillosa y sensorialmente a través de la narración autobiográfica de los viajes que hizo reiteradamente durante años a Marruecos para visitar a su familia política. El libro huele a té con menta, cordero y sopa harira y está lleno de humor, amor y aprendizajes, siendo finalmente el Otro un viaje hacia uno mismo. Lo presentamos con su autora en El Tercer Piso de Librería Proteo el jueves 26 de septiembre a las 19 horas. Nos acompañará también el novelista Sergio Barce, conocido por su obra narrativa situada entre Tánger, Málaga y Larache, donde nació. Ambos charlarán con el periodista Héctor Márquez. Dentro del ciclo Volver a las Librerías con el patrocinio de Fundación Unicaja. Entrada libre.

SIN AZÚCAR (SINOPSIS)

Sin azúcar es una historia que nos invita a reflexionar sobre la complejidad de la integración social, el choque de culturas y la identidad femenina. Un relato que nos confronta con nuestros propios prejuicios y nos abre la mente a nuevas realidades.

Cuando Mireia se casó con Mohamed, este la invitó a conocer a su familia y su país de origen, Marruecos. Veinte años después, los viajes que han realizado entre la metrópoli de Casablanca y el duar, la aldea de los padres de Mohamed, le han revelado otra cultura y le han permitido conocerse mejor a sí misma. Desde la autobiografía, la crónica familiar y el ensayo, Mireia nos guía en este recorrido por una experiencia rica y compleja, llena de comprensión y afectos. Sin dejar de subrayar las grandes diferencias entre la realidad europea y la del Magreb, aborda cuestiones como la familia, el trabajo, el amor, la muerte o la situación de las mujeres.

Sin azúcar, que se editó originalmente en catalán como Sense sucre, es una historia luminosa, un espejo que refleja nuestras propias convicciones, prejuicios y contradicciones y que nos invita a comprender al Otro. Un viaje sentimental que desafía las fronteras culturales y nos sumerge en la complejidad de la vida.

FRAGMENTO DE SIN AZÚCAR (ED. CUATRO LUNAS)

Y es que entrar a formar parte de una familia marroquí significa irremediablemente conocer los estragos y las penurias de la diabetes. La insulina, las pastillas, los medidores de azúcar y las visitas al médico son el pan de cada día de Momo y su familia. Cada uno de ellos tiene una diabetes particular, lo cual no es nada raro. La tradición culinaria marroquí y ciertos hábitos muy enraizados en la cultura multiplican las posibilidades de sufrir determinados problemas de salud. Y el té con azúcar es uno de los principales responsables.

Si bien en un principio el chorro de té vertido lentamente desde una cierta altura te recordaba la imagen de un hombre orinando, poco a poco, a fuerza de costumbre y momentos compartidos, a evocación escatológica fue dejando lugar a la banda sonora de toda visita o reunión familiar. «El té a la menta tiene que ser amargo como la vida, espumoso como el amor y azucarado como la muerte». Este proverbio marroquí demuestra hasta qué punto el té forma parte de lo cotidiano.

Mireia Estrada

LISTA MUSICAL del libro (propuesta de la Fundación Tres Culturas):

REACCIÓN CRÍTICA

«Me he leído Sin azúcar en apenas dos días, pero qué dos días. Gracias a sus páginas, he regresado a Marruecos y me he vuelto a sentar ante una mesa bajita en la que sirven tanta comida que, al acabar, apenas me puedo mover. Lleno de agradecimiento».

Sergio Barce
(https://sergiobarce.blog/2024/02/28/sin-azucar-un-libro-de-mireia-estrada-gelabert/)

«El libro es una crónica de la experiencia de formar parte de una familia con mis contradicciones como mujer con una individualidad en un espacio en el que formo parte de una tribu con un rol de mujer de y madre de, y todo lo que pueda ser de más no tiene ninguna importancia».

Dídac P. Lagarriga, Diari Ara

«Mui Khadija, la esencia de la espiritualidad y los rituales, el té y el azúcar, la indiferencia por los complejos, la vida en el mundo rural, la pesada burocracia y la solidaridad en la vida y la muerte. Sin Azúcar ha sido un viaje de vuelta a Marruecos, a su cultura ya su gente»

Oumaya Amghar

«El libro es una constatación de las dualidades entre Marruecos y la sociedad occidental»

Pilar Sampietro, RNE
(https://www.rtve.es/play/audios/mediterraneo/sense-sucre-marruecos/6468127/)

«Nos invita a ver la brecha cultural como un tesoro»

Clàudia Segura, Núvol

«La autora se aproxima a la cultura musulmana sin prejuicios y habla, desde un punto de vista personal, del rol de las mujeres, de la libertad o de lo cotidiano en el seno de una familia tradicional»

Última hora

«Ojalá contribuya con este libro a romper la foto fija sobre Marruecos y la mujer»

Mireia Estrada Gelabert (Barcelona, 1974), autora de Sin Azúcar. Una mujer occidental en Marruecos (Cuatro Lunas), reivindica en este libro «la experiencia encarnada de otra cultura con todas sus contradicciones», desde la intimidad y «la pertenencia afectiva», «desde las cocinas y los salones». Sin azúcar, en palabras de su prologuista, Karima Ziali, se atreve a «relatar desde un privilegio y una honestidad» su experiencia personal con la cultura marroquí. Una crónica que subraya la complejidad del choque de culturas y la identidad femenina para confrontar prejuicios y abrir la mente a otras realidades.

PREGUNTA. Autobiografía, crónica, ensayo, ¿cómo describiría su libro para despertar el interés del lector?

RESPUESTA. Yo diría que es una crónica. Es una crónica íntima de una experiencia que yo considero privilegiada, que es vivir el otro, no vivir una otredad que, en este caso, es Marruecos. Un país que reconocemos, pero que no conocemos. Lo reconocemos como algo cercano, como algo que nos pertenece también en cierta manera por las conexiones que tenemos, pero que en realidad no conocemos.

Sin azúcar es una crónica de este pertenecer, a partir de una relación familiar, una relación afectiva con una familia política. Yo digo que es la experiencia de una otredad desde las cocinas y los salones, una experiencia compartida por muchas mujeres que forman parejas mixtas, pero que yo no había encontrado en la literatura todavía y yo tenía sensación de tener como un tesorito. Además, a mí me ha tocado una familia maravillosa y al final este libro ha acabado siendo un homenaje a mi suegra. Sin azúcar es una experiencia compartida por muchas mujeres que forman parejas mixtas, pero que yo no había encontrado en la literatura todavía

P. ¿Tuvo dudas de escribir desde la mirada occidental justo en un momento en el que el debate se centra en los feminismos decoloniales?

R. En este libro hablo de los otros, pero es que es a partir de los otros como hablo de mí misma. Una mujer occidental que se autocuestiona estos valores. Es hablar del otro desde mi propia isla, desde la propia fragilidad y cuestionamiento. Aquí pienso que está el interés del libro. La motivación es tomar consciencia de una experiencia muy valiosa y que tenía ganas de compartir de alguna manera, siendo muy consciente el lugar desde el que yo escribo, que es Barcelona, Cataluña, Mallorca, España. Yo pienso que podría tener un valor porque me daba cuenta de que es una experiencia que derrumba muchos estereotipos y muchas imágenes preconcebidas. Yo pienso que este libro podría tener un valor porque me daba cuenta de que es una experiencia que derrumba muchos estereotipos y muchas imágenes preconcebidas

El Marruecos al que yo voy ahora como escritora, a mí nunca me hubiera dado este libro, ya que es esta puerta de acceso desde la intimidad, la que me permitió vivirlo. Entonces yo veía la fuerza de este lugar que me ha tocado, y también que yo lo he vivido con mucha intensidad, porque lo he vivido a veces con mucha soledad siempre cuestionándome. Entonces, tú puedes vivir una experiencia intercultural desde la ideología, desde el juicio, o puedes vivirlo desde tu propia experiencia y desde la complejidad de muchas realidades diversas.

P. ¿Cree que logra combatir el imaginario colectivo y los estereotipos asociados en España a la mujer marroquí?

R. Ojalá contribuya, que pienso que sí, que con buena fe puede contribuir a ello, a romper esta imagen fija de Marruecos, de lo marroquí: el marroquí, la marroquí. Ahí están los personajes de mis cuñadas, de mi suegra, que era analfabeta como tantas mujeres. Estas mujeres nos demuestran desde su lugar, que es un lugar de aceptación, digamos de la tradición, que hay una lucha, hay una reivindicación. Hay un espacio ganado y un espacio que se está ganando. Estas mujeres nos demuestran desde su lugar que hay una lucha, que hay una reivindicación, que hay un espacio ganado, y un espacio que se está ganando

P. ¿Desde esa intimidad que describe cómo combate el choque cultural?

R. Hay estampas, hay mucho humor y también ironía. Por ejemplo, el tema de las comidas. He tenido almorzar tres veces seguidas en dos horas, a lo mejor. Allí lo mejor que se te puede dar es recibirte a través del arte de comer. Da igual la hora, da igual que hayas acabado de comer en la casa de al lado. Mi cuñado todavía se ríe porque para mí la primera vez fue una tortura, pero bueno, nos reímos. Esa hospitalidad tan generosa y exagerada, que hace pueda haber momentos muy cómicos. Sobre todo, cuando todavía no tienes las herramientas y a mí nadie me lo dijo. Si no te avisan, pues bueno haces el primo, ¿no? Esta es una de las primeras anécdotas.

P. ¿Cree que su experiencia como filóloga especializada en literatura africana y gestora cultural le ha ayudado en el proceso de escritura de este libro?

R. Cuando yo me fui de Barcelona, España todavía no había experimentado la implosión de inmigración internacional de los 2000. Yo la experiencia intercultural ya la había tenido en Canadá, donde viví, además siendo yo la extranjera. Siempre digo que yo tuve el placer de ser extranjera en un país, pero bueno, Canadá lo tiene muy bien organizado. Si has vivido en el extranjero, tus perspectivas se abren completamente. Además, yo también viví en Francia, y yo descubrí el Magreb en Francia. Entonces sí, claro, eso me ha ayudado.

Ana Carretero (El Correo de Andalucía)

Mireia Estrada

Sergio Barce Gallardo (1961) nace y pasa su infancia en Larache. En su pubertad su familia se instaló en Málaga. Licenciado en Derecho por la UMA, compagina su actividad profesional la literaria. Es Miembro de Honor de la Asociación de Escritores Marroquíes en Lengua Española. En sus obras hay una presencia constante y profunda de Marruecos. Premio de la Crítica Andaluza de Relatos 2023 por el libro El mirador de los perezosos, cuentos ambientados en Tánger, publicado como la mayoría de sus libros por Ediciones del Genal. Su producción literaria abarca la novela y el relato con obras como La emperatriz de Tánger –finalista del Premio Vargas Llosa 2012 y del Premio de la Crítica de Andalucía–; El libro de las palabras robadas; El laberinto de Max; Una sirena se ahogó en Larache; Malabata; Paseando por el Zoco Chico o Una puerta pintada de azul. Otras obras suyas son En el jardín de las Hespérides, Últimas noticias de Larache y otros cuentos, y Todo acaba en Marcela, su última novela del género policíaco. Barce ganó en 2006 el Primer Premio de Novela Tres Culturas de Murcia con Sombras en sepia (Pre-Textos).

Muy vinculado al cine, es coautor del guion del cortometraje El nadador, dirigido por su hijo Pablo Barce, con el que obtuvo el Premio al Mejor Guion de la 20ª Semana del Cortometraje de Madrid, el Gran Premio del Cap Spartel Film Festival de Tánger y fue Nominado al Mejor Corto de Ficción en los Premios Goya 2020 y ganador del Premio Forqué 2020 al Mejor Corto de Ficción. Este año ha conseguido ya varios galardones por otro corto realizado por su hijo y guionizado por él, Moro. Ambos cortos están basados en cuentos suyos. Colabora habitualmente en la prensa marroquí y en varias revistas literarias.

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