Mimunt Hamido

No nos taparán. Islam, velo, patriarcado

28/10/2025 - 19:00 - Librería Proteo

Presentación No nos taparán. Islam, velo, patriarcado (Akal). Ensayo de Mimunt Hamido, contra el uso del velo islamista. Charla entre la autora y Héctor Márquez.

28/10/2025 - 19:00 - Librería Proteo - Pta. de Buenaventura, 3 - Málaga
Entrada libre hasta completar el aforo.

Nació en Melilla, de familia marroquí y fue apátrida hasta los 18 años. Formada como cocinera en la península y residente en varios países poco a poco fue conformando su conciencia feminista y acabó creando un blog donde ponía voz a todas las mujeres musulmanas que se manifestaban contra el velo islámico por considerarlo una imposición patriarcal no un símbolo legítimo de la cultura norteafricana. En 2021 la editorial Akal publicó un libro suyo que causó impacto y le puso rostro y voz a su lucha: No nos taparán. Islam, velo y patriarcado. Con la colaboración de MSur Libros, desde El Tercer Piso de Librería Proteo tenemos el honor de recibir a esta mujer que lucha por los derechos humanos y contra las imposiciones del patriarcado islamista. Será el martes 28 de octubre, a las 19 horas, cuando la autora firmará ejemplares de su libro y dialogará con el periodista Héctor Márquez y el público. “El hiyab no es un trozo de tela, es el freno que impide a las mujeres ser ciudadanas de pleno derecho”, afirma. También presentaremos el libro de Wassyla Tamzali «El burka como excusa» (MSur Libros, 2024). Patrocina Fundación Unicaja. Entrada libre.

No nos taparán: Islam, velo y patriarcado (Sinopsis)

Este libro trata de mostrar las dificultades que las mujeres norteafricanas o de origen norteafricano encuentran en su camino hacia la igualdad de derechos. En este proceso, común a todas las sociedades mediterráneas, no solo hay avances: también retrocesos. Así, tras décadas de lucha para dejar atrás rémoras culturales patriarcales, la llegada de un nuevo islam fundamentalista, fomentada desde Arabia Saudí y los países del Golfo, está en vías de anular no solo la lucha feminista a favor de la igualdad sino también las propias tradiciones culturales norteafricanas.

La difusión masiva del velo islamista (hiyab) desde los años 90 es el símbolo más claro de este proceso reaccionario: una prenda uniformada, normificada desde Malasia a Marruecos, pretende erigirse en símbolo de una “identidad cultural”, a la vez que comporta un claro mensaje religioso, ideológico y sexista: separa mujeres y hombres en las sociedades musulmanas, y separa musulmanas e “infieles” en Europa.

Si ya era difícil la lucha en la sociedad norteafricana, tradicionalmente musulmana, contra el patriarcado, contra los tabúes del sexo, el aplastante mito de la virginidad como valor supremo, la hipocresía que relega a la mujer a un papel de buena madre y esposa, ahora la llegada del islam fundamentalista ha multiplicado las trabas: hoy se exige a las mujeres nacidas musulmanas exhibir públicamente su compromiso con el patriarcado religioso usando el velo.

Ante esta presión, las mujeres norteafricanas, especialmente las que viven en España, están solas. La derecha las considera simplemente “moras” o “árabes” y como tal, parte del problema del islam, que entiende como una amenaza mundial. Gran parte de la izquierda, en cambio, se dedica a cortejar ese mismo islam rigorista de nuevo cuño en aras de una mal entendida “diversidad” o “multiculturalidad” y promueve activamente el velo y, con él, todo un conjunto de actitudes del patriarcado fundamentalista. Tras décadas de lucha por la laicidad en España, y contra la influencia de la Iglesia, la izquierda ahora asigna una “identidad musulmana” a todas las mujeres de origen magrebí y considera que sus representantes son los imames, su lugar, las mezquitas.

Este libro quiere mostrar cómo el colectivo de inmigrantes norteafricanos en España ha abandonado su cultura original para arrojarse en brazos de un neoislam más sexista que nunca. Y quiere denunciar cómo gran parte del tejido social, empresarial y gubernamental de España colabora con ese neoislam, fomentando el velo y ahogando la lucha de las mujeres de origen norteafricano por sus derechos.

Mimunt Hamido, escritora, se rebela contra el velo islámico: “La izquierda, por presumir de multiculturalismo, acepta un símbolo sexista”

Todo empezó en las redes sociales, hace unos diez años. Mujeres de origen musulmán, de forma anónima o dando la cara, empezaron poco a poco a cuestionar los aspectos patriarcales de estas sociedades, empezando por su elemento más visible: el velo islámico. El siguiente paso fue crear un blog, que prestó a muchas la posibilidad de expresarse y contar sus experiencias. Hasta que su responsable, la melillense Mimunt Hamido, recibió el ofrecimiento por parte de la editorial Akal de plasmar en un libro todas las ideas que se habían venido desarrollando en ese foro. El resultado tiene el mismo título que el blog, No nos taparán, y acaba de desembarcar en las librerías con el sello Akal.

“Había muy poco escrito al respecto, salvo algún ensayo de la argelina Wassyla Tamzali, a la que en España todavía no se la conoce como se debería. Pero testimonios de mujeres que vieran de España, como Siempre han hablado de nosotras de Najat El Hachmi o como No nos taparán, no ha habido hasta hace muy poco”, explica Hamido.

El primer factor que la autora subraya es el hecho de que esa “prenda tradicional”, como se la considera comúnmente, no es ni una simple prenda, ni es tan tradicional. “¿Cómo hacer que un símbolo sexista y misógino sea aceptado en Europa? Lo disfrazamos de cultura y, por tanto, nos obligamos a respetarlo. Y el símbolo se reafirma. El trueque consiste en cambiar una prenda que sí es tradicional, como la pañoleta, por un símbolo religioso. Antiguamente solo las mujeres de clase alta se cubrían, como un símbolo de estatus. Pero el hiyab [el velo que cubre completamente el cabello de la mujer, dejando solo a la vista el óvalo del rostro] no surge del Magreb, sino que vino de Europa en los años 80 y se impuso en el Magreb”.

Un islam europeo

Desde Europa, sí, pero haciendo un camino muy largo: “El velo viene de la ideología wahabí de Arabia Saudí, de los Hermanos Musulmanes de Egipto, de Irán, de corrientes rigoristas que se encontraban ausentes en el Magreb”, comenta Mimunt Hamido. “Luego empezamos a ver que lo adoptaban las mujeres migrantes que salían a España, a Francia o Bélgica, se marchaban de Marruecos sin hiyab y volvían con él puesto. Y los magrebíes pensaban: ‘Si se hace en Europa, debe ser algo bueno’. Por eso el hiyab no es la vuelta a nada, es ir adonde no hemos estado jamás”, subraya.

Para la activista, fue clave el papel de los conversos españoles. “Comunidades como aquella hippie que vivía en la Alpujarra feliz empezaron a convertirse, y adoptaron todo el kit. Una musulmana de Marruecos sabe perfectamente que nada de esto es su costumbre”.

Pero, ¿no hay problemas más acuciantes en el islam que el velo? Para Mimunt Hamido, se trata de una cuestión central: “El hiyab es la cabeza de lanza de muchos otros problemas. Ponértelo es admitir las leyes y normas de ese patriarcado. No es un trozo de tela, es el freno que impide a las mujeres ser ciudadanas de pleno derecho”, comenta. “Si eres una chica de 16 o 18 años, el hiyab es tu modo de decir al mundo que eres sumisa a las normas. Si no lo llevas, ¿cómo saber, por ejemplo, si eres virgen? Si dejamos que controlen el cuerpo de esa manera, ¿cómo podemos pretender cambiar en Marruecos o Argelia las leyes que nos oprimen, empezando por los códigos familiares?”

¿Feminismo islámico?

Frente al empuje de estas mujeres, ha surgido en los últimos tiempos un movimiento de “feministas islámicas”, concepto que para las primeras es un puro oxímoron. “No se puede ser feminista y aceptar que no podemos ir a la playa como nuestros hermanos, que heredamos la mitad o que vivimos en una sociedad que contempla la poligamia. O acatar que mis padres quieran casarme con un señor al que no conozco. Ahora, al ver que no cuela ese mensaje, han empezado a hablar de ser ‘equitativos’, es decir, nuestro papel es el de cuidadoras y el de ellos de protectores. Pero, hasta donde sabemos, el feminismo no permite el control sobre el cuerpo, y esa es la base del velo y del patriarcado islámico”.

Estas “feministas islámicas” son para Mimunt Hamido “conversas en su mayoría, entre las que hay de todo: mujeres a las que les han comido el coco, cómplices de ese patriarcado y también otras a las que les conviene engañarse, porque luchar contra el patriarcado es muy difícil, cada día más. Y es desolador ver cómo en España se consienten cosas a las musulmanas que no consentirían el resto de las mujeres. ¿No vivimos en el mismo siglo? ¿O piensan que nosotras estamos en el 1400 y ellas en el 2021?”

La autora pone el acento en el papel de la izquierda, que en su opinión “se ha olvidado del ideario, en el que figura el laicismo. Creen que es algo superado, o quieren creerlo. Y luego vivimos en un país multicultural, pero olvidan que hay dos millones de personas, que son ciudadanas españolas, que están sujetas a esta situación. La cuestión debería ser sencilla: si estamos educando en igualdad, no podemos permitir símbolos sexistas”.

Y, sin embargo, se permiten. Incluso en las listas electorales de esos mismos partidos de izquierda, señala Hamido: “Como la derecha es racista y xenófoba, con el discurso de ‘moros fuera’, la izquierda replica con el ‘aquí cabemos todos’. Pero tú con tus ‘costumbres’, y nosotros con las nuestras. Así se dejan desprotegidas a miles de mujeres”, asevera. “Es un modo de decir ‘mira qué guay somos, aquí tienen cabida todos los símbolos’. Incluidos los misóginos. La Cup, Esquerra, Podemos, tienen en sus filas representantes con velo, porque si no lo llevaran, ¿cómo reconocería la gente que somos multiculturales? Es todo muy retorcido. Me parece muy bien que todos quieran llevar ahora en las listas musulmanes, negros, travestis… pero que respondan al estereotipo, claro, que se vea bien la diversidad”.

Porque cualquier crítica, agrega Hamido, puede ser repelida al grito de ¡islamofobia! “A ti nunca te habrán dicho cristianófobo por criticar la pederastia o la Semana Santa, o que la Iglesia católica condenara a las chicas en bikini. Pero aquí han copiado la fórmula de llamar antisemita a cualquier crítica a Israel”.

Un precio alto

Según la autora de No nos taparán, las consecuencias de rebelarse contra el velo pueden ser terribles. “El patriarcado islámico actúa en círculos: familia, barrio, sociedad. Ser disidente puede suponer que tu familia deje de hablarte, quedarte sola y tener que empezar desde cero”, afirma. Por no hablar de los insultos y amenazas: “En redes somos pocas las que ponemos nuestro nombre y nuestra cara, porque pueden amenazarte de muerte, o llamar a tu familia para que te pongan firme. Es un precio tan alto que muchas acaban pensando que no merece la pena. Con hiyab está todo bien, incluso te dan más libertad. ¿Por qué hacer a la gente dudar si eres decente o no?”

Las mujeres aglutinadas en torno al blog No nos taparán, desde luego, no parecen dispuestas a prestarse a ese juego. “Solemos decir con Amelia Valcárcel que lo que no le permitirías al cura, no se lo permitas al imán. Hemos recibido bastante apoyo del feminismo, pero el 8-M lanzamos un manifiesto que se suponía que le iban a entregar a Irene Montero, y no hemos tenido más noticias. En cambio, nos consta que sí ha recibido a las ‘feministas islámicas’”.

(Entrevista en El Diario.es. Alejandro Luque. 2021)


Mimunt Hamido: «El velo tiene un mensaje totalmente político del Islam más reaccionario»

Mimunt Hamido, escritora, se rebela contra el velo islámico: “La izquierda, por presumir de multiculturalismo, acepta un símbolo sexista”


El burka como excusa

La cárcel de tela. Bajo ese nombre circulaba por internet una serie de fotos de mujeres afganas ocultas bajo el burka, el velo de cuerpo entero con apenas una rejilla para los ojos. La sociedad europea se espantó entonces de la terrible represión sexista, impuesta en nombre de una corriente extremista del islam. Sin embargo, cuando el velo integral saudí, el niqab, con solo una rendija para los ojos, prolifera en Europa, esa misma sociedad europea se niega a condenarlo. Considera, especialmente desde la izquierda política, que prohibirlo sería atentar contra la libertad religiosa de las mujeres que quieran vestirlo.

Wassyla Tamzali, feminista argelina, se rebela contra una postura que defiende en nombre de la libertad un símbolo patriarcal que anula todas las libertades de la mujer que lo lleva. Desmonta los argumentos que presentan el burka, niqab o hiyab como una forma de expresar una emancipación diferente de las mujeres musulmanas y muestra lo que es realmente el velo: una herramienta sexista, utilizada por movimientos político-religiosos para limitar la libertad de las mujeres y ejercer su control sobre la sociedad.

Nacida en Béjaïa (Argelia) en 1941, Wassyla Tamzali cumple 22 años cuando su país se independiza de Francia y como abogada participa con ilusión en la construcción de una nueva sociedad argelina, Durante veinte años, de 1979 a 1999, trabaja como funcionaria internacional de la Unesco en un programa que vela por la igualdad de sexos. En 1991 coordina la participación de la Unesco en las preparaciones de la IV Conferencia Mundial sobre la mujer, celebrada por Naciones Unidas en Pekín en 1995. En 2015 funda en Argel el espacio cultural Les Ateliers Sauvages. Ha publicado, entre otros, los libros Carta de una mujer indignada (2009) y Mi tierra argelina (2012). El burka como excusa fue publicado inicialmente en 2010 por Saga Editorial y ha sido reeditado en 2024 por MSur Libros.

MSur Libros es una iniciativa de la asociación cultural Colectivo MediterráneoSur, fundada en febrero de 2009 por un grupo de jóvenes periodistas, escritores e investigadores españoles con el objetivo de cambiar la mirada pública sobre los países al norte y al sur del Mediterráneo. Su visión: lejos de representar un «conflicto entre civilizaciones», las sociedades a ambos lados del mar comparten milenios de historia y una cultura comunes, y su futuro reside en un compromiso compartido con la paz, los derechos humanos, la igualdad de mujeres y hombres y el laicismo.

La principal iniciativa del colectivo es la revista digital MSur, que publica reportajes, entrevistas y obras artísticas del ámbito mediterráneo y que dispone, además, de una sección de Fondo con amplia información sobre idiomas, religiones, historia y derechos de la mujer. Además, el colectivo organiza actividades periodísticas y culturales, como jornadas y debates, y en otoño de 2024 lanzó la editorial MSur Libros.

MSur Libros, dirigido por los periodistas andaluces Alejandro Luque e Ilya U. Topper, ha publicado hasta la fecha 4 obras: El burka como excusa (Ensayo sobre el velo islamista), de Wassyla Tamzali; El perfume de nuestra tierra (Ensayo sobre Palestina e Israel) deKenizé Mourad; En el país de los puros, novela de Kenizé Mourad; y El sexo según la izquierda (Ensayo sobre feminismo y patriarcado), de Ilya U. Topper.

@MSur_es  
Mediterráneosur 
@mediterraneosur 
Bluesky: @msur-es.bsky.social
msur.es

Patrocina: