07/06/2024 - 19:00 - Librería Proteo

Presentación-recital del libro escrito en décimas Diario erótico de Robinson Crusoe del escritor y repentista cubano Alexis Díaz-Pimienta. En charla con Héctor Márquez.

#añoespineliano

07/06/2024 - 19:00 - Librería Proteo
Entrada libre hasta completar el aforo.

Con motivo de la celebración del 4º centenario de la muerte del escritor, músico y sacerdote malagueño Vicente Espinel, el inventor de la décima en poesía y de la quinta cuerda de la guitarra, desde El Tercer Piso de Librería Proteo nos unimos al #añoespineliano invitando en doble sesión al que hoy en día es el más reconocido cultivador, divulgador, investigador, improvisador y maestro repentista de esta composición poética del mundo, el cubano residente en España Alexis Díaz-Pimienta (La Habana, 1966). El viernes 7 de junio, a las 19:00 presentamos en recital-charla su libro Diario erótico de Robinson Crusoe, escrito enteramente en décimas. Díaz-Pimienta es autor de 45 libros, ha actuado con Jorge Drexler, Silvio Rodríguez, Sabina, Juanes, Zenet, Compay Segundo, Kiko Veneno, Javier Ruibal, Rozalén, El Kanka o Martirio y es creador de la Academia Oralitura de Improvisación poética. En charla con el director de El Tercer Piso Héctor Márquez descubrirá cómo un tipo de estrofa inventada por un malagueño hace más de 4 siglos se ha convertido hoy en la forma de improvisación poética en castellano más moderna. Dentro del Ciclo Volver a las Librerías patrocinado por Fundación Unicaja. Entrada libre.

El Diario Erótico de Robinson Crusoe es un decimario, es decir, un poemario escrito en décimas, tradición poética y editorial muy cubana, en la que ya Díaz-Pimienta ha publicado La sexta cara del dado (Colección San Borondón, Canarias, 1997; Arráez, Almería, 2004) o Confesiones de una mano zurda (Sanlope, 2003, Premio Iberoamericano de Décima Escrita Cucalambé). Si quisiéramos hacer algo de marketing podríamos citar al escritor cubano Romualdo Írsula quien dice que este es un libro de poesía erótica para lectores mayores de 25 años, un poemario para leer con una sola mano; pero si queremos ponernos más serios, citaremos al cineasta italiano David Riondino: Si ya la buena poesía erótica, de por sí, es atractiva, cuando el erotismo además trae musicalidad y colorido verbal, como en este caso, es irresistible, doblemente excitante. Este Diario erótico, más que un libro de poesía, parece un guión escrito a dos manos por Pasolini y Bataille. El sexo como naufragio, el amor como examen de supervivencia, el mar como mujer, la mujer eroscéntrica… ¿Y todo esto recogido en un diario que data del siglo XVIII, escrito por un náufrago inglés, en décimas y en perfecto español? En fin, aquí están las páginas sobrevivientes de un diario erótico y sentimental conformado por décimas en las que el mar, el sexo, el amor y la poesía se entrelazan hasta confundirse y confundirnos.

El hijo del divorciado

El hijo del divorciado
se orina en la cama, llora,
con telarañas decora
las paredes del pasado.
Prometeo encadenado
a la nostalgia y al miedo.
Todo se torna remedo,
esquirla de espejo roto,
sombra de un dolor remoto,
uña que no encuentra el dedo.

El hijo del divorciado
juega a crecer y no crece,
ríe cuando le parece,
habla en sueños. Lo han dejado
doblemente mutilado.
Hacia dónde sonreír,
cuándo y cómo y qué decir
para empatar sus mitades.
Soledad, por qué lo invades.
Noche, déjalo dormir.

El hijo del divorciado
soy yo, el epicentro, el eje.
Pequeño Ulises que teje
su propio abandono. He dado
un plazo, pero es pecado
ordenar a los mayores.
Penélope busca flores
y Robin Hood otra aljaba.
Si la infancia se me acaba
no importa, vendrán peores
momentos en el futuro
(mi divorcio, por ejemplo).
Voy al espejo. Contemplo
mi rostro de niño duro.
«Hoy no he de orinarme. Juro
que voy a sobrevivir».
El vidrio se echa a reír,
el colchón se desternilla.
agrio charco en la mejilla.
Apago el foco. A dormir.

El hijo del divorciado
soy yo. Mi madre me besa,
mi padre siempre regresa
– no es que no esté: ha regresado–.
La vecinita de al lado
come bien, sueña en colores.
Miento: sueña con errores.
Miento: ella come muy poco.
Miento: su padre está loco.
Miento: son tres: dos mayores
y ella (como en los dibujos
que hacemos en el colegio
va en el centro: sortilegio
para fantasmas y embrujos,
para llantos y tapujos,
para camas orinadas…).
Miento: en todas las barriadas
hay niños con caras huecas,
y con mejillas entecas
y con sábanas mojadas.

El hijo del divorciado
no soy yo solo: son todos.
Si no, mírenles los codos:
cuando un niño está acodado
sobre su propio pasado
le queda esa marca oscura
y arrugada. ¿Quién procura
hacer que me sienta mal?
¡Viva el divorcio! Total:
la infancia no tiene cura.

(Alexis Díaz-Pimienta)

Alexis Díaz-Pimienta

Alexis Díaz-Pimienta (La Habana, Cuba, 1966). Residente habitual en España desde hace más de dos décadas, es escritor y repentista, investigador y docente. Fundador de la Cátedra de Poesía improvisada en la Universidad de las Artes Cuba. Profesor Asociado de la Universidad Loyola de Sevilla. Premio Lyra Mínima Margit Frenk, 2019. Premio ArchiLetras 2023. Maestro y genio de la improvisación poética, creador del Método Pimienta de enseñanza y de la Academia Oralitura de Improvisación poética. Ha publicado hasta la fecha 45 libros en varios géneros (novela, relato corto, ensayo, poesía, LIJ) y su obra ha sido traducida al inglés, francés, alemán, portugués, italiano, búlgaro, finés y farsi (en revistas y antologías). Ha obtenido 7 premios internacionales de poesía y 3 premios internacionales de narrativa (novela y cuento) en Cuba, España y México; sus últimos galardones y publicaciones han sido el Premio Iberoamericano de Relatos “Cortes de Cádiz” (2014) y el Premio Internacional de Novela “UNAM-COLSIN-SIGLO XXI”, en México, por su obra El crimen perfecto de Pedrito Mendrugo (2014) y una Mención Honorífica en el Premio Internacional “Sor Juana Inés de la Cruz (2014), en el género LIJ por su obra El libro de los niños que usan gafas. En poesía destacan sus libros Fiesta de disfraces (Calambur, Madrid, 2008, Premio Internacional “Los Odres”); Yo también pude ser Jacques Daguerre (Pretextos, Valencia, 2002, Premio “Emilio Prados”), En Almería casi nunca llueve (Scripta Manent, Almería, 2010, Premio “Surcos” en 1996) y Cuarto de mala música (Ed. Regional de Murcia, 1995, Premio “Antonio Oliver Belmás”). Ha sido finalista dos veces del premio Loewe y una vez de los premios Ciudad de Melilla (en España) y del premio Casa de las Américas (en Cuba). En 2010 su novela Prisionero del agua obtuvo el premio Puertas de Espejo, al libro más leído en la Red Nacional de Bibliotecas de Cuba, y su ensayo Teoría de la improvisación poética obtuvo el Premio Anual de Investigación Cultural que otorga el Centro Juan Marinello. El Diario Erótico de Robinson Crusoe (Scripta Manent) y El Quijote en verso son algunos de sus poemarios más conocidos.

Entre su obra narrativa destacan Huitzel y Quetzal (relatos, Ediciones Extramuros, Premio Luis Rogelio Nogueras, La Habana, 1991); Los visitantes del sábado (relatos, Premio Pinos Nuevos, La Habana, 1994). Prisionero del agua (novela, Alba Editorial, Barcelona, 1999; Premio Internacional Alba/Prensa Canaria, 1998)); Maldita danza (novela, Alba Editorial, Barcelona, 2002; Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2004); Salvador Golomón (novela, Algaida, Sevilla, 2005; Premio Internacional de Novela Luis Berenguel en 2004; finalista del Ateneo de Sevilla en 2004 y finalista del Premio Rómulo Gallegos, en Venezuela, 2007); Batido de chocolate y otros cuentos de sabor amargo (relatos, Ed. Palabras del Candil, Guadalajara, España, 2012; y Ed. Letras Cubanas, La Habana, 2012); El crimen perfecto de Pedrito Mendrugo (novela, Editorial Siglo XXI, México); Intercambio de tarjetas (relatos, Premio Iberoamericano de Relatos “Cortes de Cádiz, 2014); El huracán Anónimo (novela, Amazon, 2019). Como repentista ha trabajado durante más de 30 años en la televisión y la radio cubanas y ha recorrido los escenarios de más de 40 países. Es el creador de nuevos conceptos como las “poemaciones” (poemas “sobre lecho musical” con estribillo), el “repentismo-fusión” (mezcla del repentismo con otras músicas cubanas) y el “neorrepentismo” (fusión del repentismo y la décima con otras disciplinas artísticas: cine, teatro, música, danza, fotografía o performance). Ha compartido escenarios con grandes artistas de la canción como Silvio Rodríguez, Joaquín Sabina, Jorge Drexler, Omara Portuondo, Compay Segundo, Amaury Pérez, Kiko Veneno, Javier Ruibal, Rozalén, Zenet, El Kanka, Amaury Pérez, Martirio, Julieta Venegas, Natalia Lafourcade y muchos otros.

Vicente Espinel

Vicente Espinel (Ronda, Málaga, 28 de diciembre de 1550 – Madrid, 4 de febrero de 1624) fue un sacerdote, escritor y músico español del Siglo de Oro, autor de una novela picaresca, la Vida del escudero Marcos de Obregón (1618). A partir de sus Diversas rimas de 1591, transformó la estructura de la décima, estrofa conocida también como espinela en su homenaje. En la música se hizo famoso por dar a la guitarra su quinta cuerda, añadiendo una cuerda más grave a las cuatro ya existentes en aquel momento, como refiere Lope de Vega, que fue su alumno.​ En su memoria, el primer Instituto de Bachillerato de la provincia de Málaga, situado en la calle Gaona de dicha ciudad, lleva su nombre desde 1956.​

El primer maestro de Espinel fue el bachiller Juan Cansino, quien le enseñó latín y música, artes que habían de darle mucha fama en vida. Cuando contaba alrededor de 20 años, marchó a estudiar a Salamanca, donde participó en las algaradas provocadas por el proceso seguido contra Fray Luis de León en 1572. Cerrada la Universidad por orden del corregidor, Espinel volvió a su ciudad natal, donde unos parientes instituyeron una capellanía de la que fue nombrado titular.

De nuevo en Salamanca, permaneció allí dos años más, pero las dificultades económicas y su espíritu aventurero le llevaron a alistarse en la Armada y a viajar como músico por tierras de Vizcaya, Navarra, Aragón, Valladolid, Madrid y Sevilla, amén de por Italia (Génova y Milán) y Flandes (esta vez como soldado). Sus viajes por los destartalados caminos de España, y aún de Europa, contribuyeron a enriquecer su bagaje literario, poético y musical, así como su experiencia en tipos humanos, mesones, costumbres…, y en las mil trampas y fullerías propias de la vida picaresca. En el deseo de tener un retiro tranquilo se ordenó sacerdote, ejerciendo como tal en Ronda. Sin embargo, su estancia en la capital de la Serranía durará poco, pues echando de menos la vida brillante de la Corte, retornó allí. Nombrado maestro de la capilla del Obispo de Plasencia, adscrita a la Iglesia Real de San Andrés, gozó de una inmensa reputación entre sus contemporáneos. Aquejado del “mal de la gota” y ya anciano, murió en la capital del Reino, en 1624

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