Jacques R. Pauwels, uno de los grandes historiadores de los mitos de las grandes guerras del Siglo XX
El Tercer piso de Librería Proteo. Entrada libre hasta completar aforo.
(El autor firmará ejemplares de su último libro Grandes negocios con Hitler).
Nacido en Bélgica en 1949 pero canadiense de adopción, doctor en historia y Máster en ciencias políticas por las Universidades de York y Toronto, Jacques R. Pauwels es uno de los principales especialistas mundiales en la sociología del nazismo y sus relaciones económicas previas y posteriores con el resto de potencias mundiales y uno de los más reconocidos autores actuales sobre las grandes guerras del siglo XX. Sus obras han sido publicadas en francés, inglés, español, ruso, alemán, italiano, turco y coreano.
El próximo martes 29 de noviembre a las 19 horas, con entrada libre hasta completar aforo, Pauwels visitará el Tercer Piso de la Librería Proteo para presentar la edición española de uno de sus libros más celebrados, Grandes negocios con Hitler, editado por El Garaje Ediciones. En la sesión conversará con el historiador malagueño Fernando Arcas Cubero quien hace apenas dos semanas presentaba su último libro sobre el político de la segunda república, Pedro Armasa Briales, ‘Danton’ y anunciaba su retirada de la docencia.
“Grandes negocios con Hitler” documenta con exhaustividad y precisión la complicidad no sólo de los grandes bancos y corporaciones alemanas, sino también del big business estadounidense, con el régimen nazi y los superbeneficios que las grandes corporaciones obtuvieron gracias a la dictadura hitleriana. El tándem de la gran industria y de las altas finanzas alemanas apoyó a Hitler en el momento de su lenta ascensión, y también le ayudó a acceder al poder. En este sentido el big business alemán estuvo plenamente con Hitler. El gran capital estadounidense apoyó igualmente a Hitler desde sus primeros pasos. Moderará el acto el periodista y gestor cultural Héctor Márquez director del proyecto cultural El Tercer Piso. Al terminar el acto, el autor firmará ejemplares de su obra.
A partir de sus investigaciones, Pauwels siempre ha defendido la idea de que el capitalismo se ha servido del fascismo a lo largo de su historia como estrategia de crecimiento.
Jacques R. Pauwels
Nació y creció en Bélgica, pero vive en Canadá desde 1969. Estudió Historia en la Universidad de Gante, donde se graduó en 1969. Hizo su Doctorado en la York University en Toronto, Canadá. Centrado en la historia alemana contemporánea escribió, supervisada por el profesor Michael H. Kater, una tesis sobre las mujeres universitarias en la Alemania nazi, doctorándose en 1976. Reescrita para un público general, su disertación se publicaría en 1984 por la Greenwood Press con el título Women, Nazis, and Universities. Dio cursos sobre historia europea en York University, en la University of Western Ontario, y en la University of Toronto, y se implicó cada vez más en el negocio de los viajes de su hermano Norbert, la Pauwels Travel Bureau, lo cual le dio la oportunidad de viajar mucho como guía turístico, tanto por Europa como por otras partes del mundo. Cada vez más dedicado a la investigación y la escritura, publicó en 2000 The Myth of the Good War, una historia sobre el papel de los EE.UU. en la Segunda Guerra Mundial y que ha recibido generales elogios.
Fernando Arcas Cubero ha sido Profesor Titular de Historia Contemporánea de la Universidad de Málaga, Premio Díaz del Moral de Investigación en Historia Social del Ayuntamiento de Córdoba e Investigador Principal del Grupo de Investigación Historia, Imagen y Memoria de Andalucía. Ha sido profesor invitado en el Dickinson College en Carlisle (Pennsylvania) y en el Cañada Blanch Centre de la London School of Economics. Es autor de los libros El movimiento georgista y los orígenes del andalucismo (1911-1923); El republicanismo malagueño durante la Restauración (1875-1923); El País de la Olla. La imagen de España en la prensa satírica malagueña de la Restauración, y director y coautor de Málaga Republicana. Historia e imágenes (1931-1936); Tiempo de cambio. Historia y memoria de la Transición en Málaga; Málaga XX. Historia de un siglo; Sol de España (1967-1982). Quince años de fotoperiodismo en Málaga, Yo estaba allí. Historia oral de la Guerra Civil y el Franquismo en Málaga, Juan Rejano. Periodismo, política y cultura en la II República (2016), Málaga contemporánea. Lugares de la memoria (2019), y Hablar a los ojos. Caricatura y vida política en España (1830-1918) (2021), Ha dirigido los documentales Yo estaba allí (2011) y Ateneo. Historia de una resistencia (2016). Ha sido Delegado de Cultura de la Junta de Andalucía, Vicepresidente de la Sociedad Económica de Amigos del País y del Ateneo, y Director de la Sede en Málaga de la Universidad Internacional de Andalucía.
Fragmento de «Grandes negocios con hitler»:
“A pesar de las esperanzas engendradas por la elección de Barack Obama, el sucesor de Bush no suprimió este tipo de «fascismo light». El sistema político americano, una oligarquía que pretendía ser una democracia, tiene siempre dos rostros como Jano. Se nos presenta habitualmente el rostro democrático, simbolizado por la gran sonrisa de un presidente; pero hemos podido ver la otra cara del sistema americano. Es obligado constatar que, desde 1945, Estados Unidos jamás ha cesado de realizar guerras, sean «frías» o «calientes». Esto se explica por el hecho de que, en definitiva, las guerras son todavía más funcionales que el fascismo, por la maximización de los beneficios. A través de lucrativos pedidos de material de guerra por parte del Estado, del debilitamiento y eliminación de los competidores en los países aliados y enemigos, de la apertura de nuevos mercados, de botín bajo forma de tecnología, por ejemplo, la Segunda Guerra Mundial aportó la rentabilidad a las grandes empresas de América, pero además creció como nunca antes. Así desarrollaron las grandes empresas americanas una especie de adicción a la guerra. En 1945, tras la victoria sobre Alemania y Japón, se necesitaba urgentemente un nuevo enemigo para poder seguir haciendo la guerra. Y se encontró muy rápidamente; de hecho siempre había estado ahí: la Unión Soviética, el país que, en los años treinta, había sido el espantapájaros de la «América de las grandes empresas» pero que había sido un aliado muy útil durante la guerra. Y la función esencial, la de maximizar los beneficios, se transfirió de la Segunda Guerra Mundial a la Guerra Fría. Así, el motor de la economía americana continuó girando a pleno rendimiento, proporcionando alegrías y ventajas a las grandes empresas que pudieron suministrar material de guerra cada vez más extravagante con precios de usura. El final repentino e imprevisto de la Guerra Fría confrontó a esas grandes empresas americanas a una catástrofe potencial, a saber, la transición de una economía de guerra extremadamente rentable a una economía de paz con ganancias inevitablemente mucho más modestas. Esta vez, fue más complicado encontrar nuevos enemigos y una justificación para mantener la economía de guerra americana, lo que se llamó el «warfare system» o «Pentagon system». Además, una solución definitiva, o «solución final», a la falta de enemigos, se descubrió bajo la presidencia de George W. Bush: los atentados del 11 de septiembre de 2001 perpetrados en Nueva York y Washington abrieron el camino a una «guerra contra el terrorismo». Este nuevo caballo de batalla equivale a un estado de guerra permanente a escala mundial contra todos los que, en cualquier momento, pueden ser calificados de «terroristas» por la élite del poder en Estados Unidos. Del «terrorismo», no se puede esperar que capitule de un día para otro. El big business americano tiene por tanto muchos días ante él, en detrimento de los americanos «ordinarios», que financian esta guerra con sus impuestos y su sangre. Las grandes empresas -sobre todo Halliburton, una firma de siniestra reputación, asociada al antiguo vicepresidente Dick Cheney- engrosan colosales beneficios gracias a esta guerra. En la actualidad, en Estados Unidos, la guerra es un instrumento para redistribuir las riquezas de los más pobres hacia los más ricos, exactamente como bajo el III Reich hitleriano.
El caso del gobierno de George W. Bush ha ilustrado muy claramente que en este principio del siglo XXI, Estados Unidos es siempre una oligarquía con fachada democrática. La élite del poder, el big business, permanece todopoderoso. En 2008, esta élite hizo que el pueblo americano eligiera un presidente que prometió un «cambio». Pero Obama no emprendió una trayectoria más pacifista. A pesar de una retirada «oficial» de las tropas americanas de Irak, continúan las guerras, en Afganistán y también en Pakistán, donde «drones» estadounidenses matan regularmente a «terroristas» (a veces) reales y (con frecuencia) imaginarios. Voluntaria o involuntariamente, Obama hace lo que la élite del poder espera de él, prosigue las guerras que necesita esta élite, las guerras que el big business no quiere que se dejen pasar. Este es el problema, en efecto: ¿cómo podrían las grandes empresas americanas obtener beneficios descomunales de otra forma que no fuera la guerra?”