Presentación de Alguien lleva una piedra escondida en la ropa (Ed. Bartleby) de José Carlos Rosales. En conversación con Héctor Márquez.
20/04/2024 - 12:00 - Librería Proteo -
Entrada libre hasta completar el aforo.
El granadino José Carlos Rosales, doctor en filología, investigador, y profesor de lengua y literatura durante muchos años, es uno de los grandes poetas andaluces contemporáneos. Perteneciente a la llamada generación de la Experiencia ha sido traducido a varios idiomas y ha ganado premios muy importantes como el Gerardo Diego de Poesía del año 2011, el Premio al Mejor Libro de Poesía del año 2017 por Si quisieras podrías levantarte y volar o el Ciudad de San Fernando. En Alguien lleva una piedra escondida en la ropa (Bartleby editores), el último libro de poemas de José Carlos Rosales que presentamos el sábado 20 de abril (12 h) en El Tercer Piso de Proteo, la acción poética se sitúa en medio de un diluvio que será incesante, casi un diluvio universal de resonancias ancestrales (“algunos llevan una pareja de animales”, se leerá en una de sus páginas), un diluvio que ha interrumpido demasiadas cosas y que va convirtiendo la ciudad (imaginaria o no) en “una marisma turbia, alejada del mar, / el lodazal estúpido donde el mundo se hunde”. Esa lluvia inclemente también supondrá que la memoria se vuelva una memoria húmeda: “la memoria se pone tan húmeda que duele”, escribe José Carlos Rosales en una de las páginas de este libro.
En Alguien lleva una piedra escondida en la ropa, el último libro de poemas de José Carlos Rosales, la acción poética se sitúa (según se insinúa ya desde el primer poema) en medio de un diluvio que será incesante, casi un diluvio universal de resonancias ancestrales (“algunos llevan una pareja de animales”, se leerá en una de sus páginas), un diluvio que ha interrumpido demasiadas cosas y que va convirtiendo la ciudad (imaginaria o no) en “una marisma turbia, alejada del mar, / el lodazal estúpido donde el mundo se hunde”. Esa lluvia inclemente también supondrá que la memoria se vuelva una memoria húmeda: “la memoria se pone tan húmeda que duele”, escribe José Carlos Rosales en una de las páginas de este libro.
Dividido en dos secciones (“Fuera de servicio” y Playa sin nadie”), que aluden a un impreciso salto temporal de la acción poética, Alguien lleva una piedra escondida en la ropa aparece construido sobre tres ejes: uno, el de un grupo de personas que recorre un mundo en declive deambulando en busca de una vía de escape; dos, el de aquellos que se mueven llevando una piedra escondida; y tres, el de la naturaleza o sentido de ese equipaje pétreo. La piedra simboliza algo que nunca llega a explicitarse, tal vez el peso del pasado, tal vez el afán de futuro. Sobre esos tres ejes quedan esparcidas las semblanzas de algunos personajes tradicionalmente familiares (Padre, Madre, Hijo Mayor, Hija Mayor o Hijo Menor) que funcionan como primeros planos, o planos de detalle, para profundizar en el carácter de aquellos que viven o transitan, desolados o huérfanos, bajo una incertidumbre de límites inmemoriales. Y, frente al futuro evaporado, la esperanza individual de abandonar la piedra para lograr que el mundo sea, a partir de ese momento, “más ligero o más limpio, más claro”.
OTRO CAUCE
Una piedra no dice, no contesta,
deja que el tiempo fluya como fluye
el agua que la lleva hacia otro cauce,
se queda donde va, no tiembla nunca,
y lo recuerda todo, aunque no diga
a nadie lo que sabe. Solo lleva,
entre sus vetas grises, una sílaba,
aquello que guardó, lo que sabía,
lo que quiso alcanzar, esa memoria
de lo que pudo ser y nunca fuera.
(De Alguien lleva una piedra escondida en la ropa. JC Rosales)
ENTREVISTA PARA IDEAL DE GRANADA A JC ROSALES
El poeta granadino José Carlos Rosales (1952) acaba de publicar su nuevo poemario en Bartleby Ediciones. Se titula ‘Alguien lleva una piedra escondida en la ropa’, y entre sus versos se esconden profundas reflexiones en torno a los más simples, y los más complejos, acontecimientos de la vida.
-¿En qué medida se ha convertido Granada en una ‘marisma turbia’, y sus gentes en espejismos de sí mismos?
-Bueno, no sé, supongo que serán las personas que se acerquen a estos poemas las que tendrán que establecer sus asociaciones entre esa marisma turbia que aparece en el libro y la realidad de las ciudades en las que vivan cada una de ellas o de las ciudades asoladas de las que nos hablan la historia, la prensa y los noticieros. Granada no pertenece a esa categoría, Granada es una ciudad limpia y ordenada. Aunque eso no debería impedirnos reconocer que vivimos bajo una amenaza latente: cualquier catástrofe natural, política, bélica o económica podría lograrlo y convertirnos en una sombra de lo que somos, en un espejismo.
-¿Qué hace más daño, esa piedra que nos lastra o la que se mete en nuestro zapato y nos lacera?
-Pienso que las piedras son inofensivas, pacíficas, inocentes; pero también pueden hacernos daño, depende de cómo se manejen, de quién las manipule.
-La piedra es corriente, incluso vulgar a veces, pero cada una, distinta. ¿Nuestro corazón pétreo crece porque, en ocasiones, no somos capaces de reivindicar nuestra propia esencia?
-Nadie está libre de una indeseable petrificación física, moral o mental, y esa petrificación a veces aparece de modo gradual, casi imperceptible, no sólo en la vida privada, sino también en la vida social, probablemente porque no somos capaces de mantener en buen estado nuestras responsabilidades, sentidos o intuiciones.
«La esperanza más sólida de cada piedra es la de seguir siendo materia viva»
-A veces, ¿la única esperanza de las piedras es ser elegidas para construir? ¿O puede más el miedo a ser molidas, demolidas?
-Me parece que la esperanza más sólida de cada piedra, simbolice lo que simbolice cada una de ellas, es la de seguir siendo, o volver a ser, «materia viva, piel / que se mueve buscando un hospedaje, / formar parte de un puente, hacer caminos, / edificar con otras un albergue». Quizás sea un trabajo fatigoso, pero siempre será más conveniente mantener vivo ese propósito que dejarse llevar por los viejos impulsos de la demolición.
-A pesar del halo de incertidumbre que rodea a ‘Alguien lleva una piedra escondida en la ropa’, se abre una puerta a la esperanza, como ya se explicitaba en su anterior poemario para Bartleby. ¿Eso es porque la esperanza es lo último que se pierde, o porque, perdido todo, solo queda la esperanza para consolarnos?
-Bueno, pienso que la esperanza es una de las cualidades anímicas que nunca se pierde, sobre todo en épocas tan ásperas o inciertas como la de ahora, en la que tanto abundan el fango y el griterío, la desazón, el desamparo.
(José Antonio Muñoz. Ideal Granada. 2023)
Cinco (o seis) referencias relacionadas o recomendables de Alguien lleva una piedra escondida en la ropa
— Rebecca Solnit, Wanderlust. Una historia del caminar, Capitán Swing, 2016.
— W. H. Auden, La mano del teñidor y otros ensayos, Barral Editores, 1974.
— Octavio Paz, Piedra de sol, Fondo de Cultura Económica, 2007.
— Nomadland, película escrita y dirigida por Chloé Zhao; basada en País nómada de Jessica Bruder y estrenada en el año 2020.
— The Lounge Lizards, Lounge Lizards, 1981 (Disco).
— Samuel Beckett, Molloy, Alianza Editorial, 2012.
José Carlos Rosales
José Carlos Rosales (Granada, 1952) es licenciado en Filología Románica y Premio Extraordinario de Doctorado en Filología Hispánica. Con el libro de poemas Si quisieras podrías levantarte y volar (Bartleby Editores), del que existe una edición en lengua italiana (Se volessi potresti alzarti e volare, trad. de Damiano Sinfonico, Interno Poesia, 2021), obtuvo el Premio al Mejor Libro de Poesía del año 2017 (Revista digital de crítica literaria Estado Crítico). Ha recibido otros premios como el Internacional de Poesía Gerardo Diego (Poemas a Milena, Pre-Textos, 2011) o el Ciudad de San Fernando (El horizonte, Huerga y Fierro, 2003). También ha publicado los trabajos Señales amarillas (Granada, 2018), Libro de faros (Málaga, 2008; Granada, 2020), Memoria poética de la Alhambra (Sevilla, Fundación Lara, 2011), A mi trabajo acudo con mi dinero pago. Poesía y dinero. Antología poética desde el Arcipreste de Hita hasta la actualidad (Vaso Roto, 2019) y una edición de Así se fundó Carnaby Street (Huerga y Fierro, 2014), de Leopoldo María Panero. Otros poemarios suyos son Años larguísimos (Úbeda, 2019), Y el aire de los mapas (Fundación Lara, 2014), El desierto, la arena (Fundación Lara, 2006), La nieve blanca (Pre-Textos, 1995), El precio de los días (Renacimiento, 1991) y El buzo incorregible (Granada, 1988, 1996). Su último libro de poemas es Alguien lleva una piedra escondida en la ropa (Bartleby Editores, 2023). Durante algún tiempo trabajó como profesor y catedrático de Lengua y Literatura Españolas en algunos Institutos de Bachillerato de Granada y Córdoba. Es miembro de la Academia de Buenas Letras de Granada desde su fundación (2002). Actualmente reside en su ciudad natal.
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