Juan Carlos Usó

Presentación de El sol salió anoche y me cantó en una charla sobre psicodélicos, espiritualidad, ciencia y conciencia expandida entre el autor, el farmacólogo José Carlos Bouso y Héctor Márquez

06/10/2023 - 19:00 - Librería Proteo -
Entrada libre hasta completar el aforo.

Hace 61 años en la Universidad de Harvard se realizó un experimento entre doctores, psiquiatras, psicólogos y religiosos universitarios para descubrir si el principio activo de ciertas setas alucinógenas -la psilocibina- podía inducir a éxtasis místicos. Se le llamó “El experimento del viernes Santo”. Recordando aquel inaudito experimento, el más importante historiador en España sobre temas de drogas, Juan Carlos Usó, ha publicado en ediciones El Desvelo un libro donde analiza la evolución de la sociedad desde aquellos años de libertad a nuestros días cuando, tras décadas de prohibición se ha vuelto a poner en valor en potencial terapéutico de los psicodélicos. Su libro incluye, además, un cuestionario a 30 científicos y expertos en varias disciplinas que opinan sobre su uso potencial hoy en día y, sobre todo, sus relaciones con la espiritualidad. Este apasionante y controvertido tema se abordará en una charla entre el autor, el director de ETP Héctor Márquez y el doctor en farmacología, José Carlos Bouso. ste evento es la antesala de la celebración al día siguiente en La Invisible (sábado 7. 19:00) del 25 aniversario de la mítica Revista Ulises de Viajes Interiores, de la que Usó y Bouso son asesores.

EL EXPERIMENTO DEL VIERNES SANTO: ESPIRITUALIDAD, CIENCIA Y CONCIENCIA EXPANDIDA

20 de abril de 1962. Un grupo de 20 personas formado por estudiantes y profesores de teología junto con 10 “guías” se preparan para comenzar la celebración de Viernes Santo en el sótano de la capilla Marsh, una de las instalaciones religiosas de la Universidad de Boston. Momentos antes de dar comienzo la celebración, todos los participantes han recibido una cápsula y un vaso de zumo. La mitad de las cápsulas contienen psilocibina (compuesto activo de los hongos psilocibios o “setas alucinógenas”), la otra mitad, ácido nicótico, una sustancia que produce una sensación de hormigueo y que podría hacer pensar a cualquier neófito que está experimentando los efectos del fármaco (la era de la psicodelia aún está por llegar y los efectos de los enteógenos todavía no forman parte del conocimiento popular). Mientras tanto, un atento grupo de investigadores compuesto por doctores, psiquiatras y psicólogos dirigidos por Walter Pahnke, observa atentamente el comportamiento de los religiosos. Para aumentar la controversia del asunto, el supervisor del proyecto fue nada menos que el hombre que “despertó” a los Estados Unidos a finales de los 60, Timothy Leary, en lo que sería el último experimento que realizó como profesor de la universidad de Harvard.

El libro de Juan Carlos Usó documenta esta efeméride, la interpreta y da la palabra a 30 expertos de las más variadas disciplinas, desde un psiquiatra hasta un religioso, para saber si es posible alcanzar una experiencia mística cercana a dios por el atajo de las drogas.

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Como era de esperar, los psiquedélicos o enteógenos no han quedado al margen de esta progresión del estudio en la intersección entre la ciencia y la consciencia. No en vano Aldous Huxley consideraba el manejo científico de estas sustancias como «uno de los tres avances científicos más importantes del siglo XX, siendo los otros dos la fisión del átomo y la manipulación de las estructuras genéticas».
De tal manera, si a comienzos de este siglo ya se vislumbraban signos inequívocos que apuntaban hacia una reviviscencia del espíritu psiquedélico que había impregnado la década de los 60 de la pasada centuria, este reverdecimiento de antiguos anhelos expansivos se ha ido consolidando hasta el punto de que algunos autores han acuñado el término Psychedelic Renaissance para referirse a este renovado interés por el abanico de posibilidades que se abre gracias a los avances científicos en relación con el uso de sustancias visionarias. Así, además de las aplicaciones estrictamente terapéuticas, diferentes grupos de investigación han venido desarrollando estudios explorando las propiedades místicas de sustancias como la dietilamida del ácido lisérgico (LSD) o la dimetiltriptamina (DMT), a la que algunos se refieren como «la molécula del espíritu» o directamente como «la molécula de Dios». Al contrario de lo que sucedió en los años 60, los resultados de estos estudios están siendo acogidos con entusiasmo, hasta el punto de que la psilocibina, precisamente por esos efectos de disolución del ego, está cerca de ser autorizada en el tratamiento de la depresión y la ansiedad (angustia existencial) en pacientes terminales en Estados Unidos.
Por lo demás, los resultados del Experimento Marsh Chapel refuerzan recientes descubrimientos mediante escáneres cerebrales realizados por el doctor Andrew B. Newberg, médico-psiquiatra y padre de la denominada neuroteología. De alguna manera, ambos estudios relacionan el lóbulo frontal con nuestra percepción de Dios e indican que nuestra experiencia espiritual puede intensificarse con una oración ferviente, con la meditación e incluso con drogas psiquedélicas.
De hecho, en la actualidad tanta es la confianza en las posibilidades de los psiquedélicos que el psicólogo y farmacólogo José Carlos Bouso —uno de nuestros entrevistados— ha llegado a cuestionarse si acaso no nos dirigimos hacia una «sociedad psiquedelizada».

(Juan Carlos Usó, fragmento de El sol salió anoche y me cantó)

Ulises (Revista de viajes interiores) es una publicación cultural española que nace en 1997 de la mano de Xavier Vidal Benet, en el contexto de un resurgimiento de la cultura psiquedélica en España. Sin dejar de enfocarse en la psiquedelia, sus artículos abarcan temas tan dispares como psicología transpersonal, comunicación digital, arte, historia, ciencia o budismo.

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