09/06/2023 - 19:00 - Librería Proteo

Presentación y recital de Ejercicios de incomprensión de Quique Pastor, poemario escrito según las técnicas oulipo. En conversación con Héctor Márquez.

09/06/2023 - 19:00 - Librería Proteo
Entrada libre hasta completar el aforo.

La parte más importante del lenguaje literario siempre ha estado asociada al juego. De los populares crucigramas, palíndromos o acrósticos a los caligramas o los cadáveres exquisitos surrealistas. ¿Qué es un soneto sino un reto rítmico- matemático que se pretende lograr alcanzando una original expresión de sentido? En los años 60 intelectuales franceses como Queneau, Roubaud, el matemático François Le Lionnais o Italo Calvino, crearon uno de los juegos literarios más célebres, el Oulipo o Taller de Literatura Potencial. Lo llevó a su cénit el gran Georges Perec. En la España de hoy, un escritor madrileño domina y aplica a rajatabla las técnicas oulipianas: Quique Pastor. Y en El Tercer Piso de Librería Proteo vamos a recibirlo para presentar, escuchar y revelar su poemario Ejercicios de Incomprensión. Lo suyo es LSD poético, contar caracteres a velocidad de IA, generar nuevas bellezas a través del juego. No se lo pierdan. Será el próximo viernes 9 de junio, a las 19:00. En conversación con Héctor Márquez. Entrada libre.

EJERCICIOS DE INCOMPRENSIÓN

El libro que tiene en sus manos es insólito.

Es la primera obra escrita, de principio a fin, empleando la Literatura Semo Definicional del OuLiPo. Se la conoce coloquialmente como LSD poético, entre los iniciados en las técnicas oulipianas. Sin duda, su lectura y escritura suponen un viaje literario genuino.

Se trata, desde un punto de vista estrictamente poético, de alterar el sentido del espacio, de la distancia y del tiempo.

El autor se vale de este ingenioso recurso formal para profundizar en el concepto de incomprensión. Esto supone, inevitablemente, entenderse menos. Durante la lectura de estos diez poemas, se puede orbitar alrededor de la idea original, pero nunca se puede penetrar certeramente en ella.

La Literatura puede servir para comprender el mundo en el que vivimos. Con este libro, el autor da un paso adelante en la creación de un mundo propio.

Quique Pastor

Quique Pastor (Madrid, 1976) es un escritor de oficio, dedicado profesionalmente a la creatividad publicitaria. De muy jovencito salió en varios concursos televisivos demostrando su habilidad única para contar instantáneamente las letras de las parrafadas de quien hablaba con él.

Es autor de las novelas El niño del Chupa Chups (2008) y El tátara tátara tátara tátarabuelo (2010). Caben destacar sus blogs La raíz cuadrada de lo que soy (2012-2013) y Ejercicios de incomprensión (2014-2018), laboratorios indispensables para el desarrollo de técnicas literarias.

Ejercicios de Incomprensión es su tercera obra impresa.

EL OULIPO

¿OuLiPo? ¿Qué es esto? ¿Qué es eso? ¿Qué es Ou? ¿Qué es Li? ¿Qué es Po? Ou es Obrador. ¿Para fabricar qué? Li. Li es Literatura, lo que leemos y tachamos. ¿Qué tipo de Li? LiPo. Po significa potencial. Literatura en cantidad ilimitada, potencialmente producible hasta el fin de los tiempos, en cantidades enormes, infinitas para todo fin práctico. […] ¿Y qué es un autor oulipiano? Es una rata que construye ella misma el laberinto del cual se propone salir. ¿Un laberinto de qué? De palabras, sonidos, frases, párrafos, capítulos, bibliotecas, prosa, poesía y todo eso.

Marcel Benabou y Jacques Roubaud

Lo oulipiano y la restricción

“Me acuerdo de Georges Perec […] que por sí solo era una multinacional del lenguaje”

Enrique Vila-Matas, 1997

Si convenimos que la base de las técnicas oulipianas descansa en las restricciones -reglas, normas de impedimento- que se impone el autor para alcanzar un objeto artístico de mayor alcance y originalidad, no hubo nadie dentro del movimiento oulipiano que lograse más nivel que el escritor francés Georges Perec (1936-1982), quien se unió al movimiento creado por Quenau y Le Lionnais en 1967. Perec impulsó la reutilización de restricciones como el lipograma (renunciar a una letra del alfabeto), el palíndromo, el anagrama… y también la creación de nuevas restricciones como el método S + 7, que consiste en reemplazar cada sustantivo de un texto por el séptimo siguiente en el diccionario. O la Anaerobia, privar a un texto de un sonido. O el Abecedario, en el que las iniciales de cada palabra siguen el orden alfabético.

El Ouvroir de Littérature Potentielle (Taller de Literatura Potencial), conocido como OuLiPo, fue un grupo literario formado por un conjunto de escritores de renombre: Raymond Queneau, Georges Perec, Jacques Roubaud, Jean Lescure, etc. Fue fundado el 24 de noviembre de 1960 por el matemático François Le Lionnais: “L’OuLiPo nació con la intención de explorar nuevos territorios”. El verdadero origen lo marcó “la complicidad intelectual entre Raymond Queneau, escritor repleto de matemáticas, y François Le Lionnais, matemático apasionado por la literatura”. Así, se formó́ a su alrededor en noviembre de 1960 un círculo de escritores y matemáticos que dejaban atrás el interés por las obras finalizadas y acogían como nueva pasión la fabricación y el proceso de una obra a través de un nuevo elemento: la restricción.

Aunque nació en Francia, abrió sus fronteras y sus brazos a escritores extranjeros como Ítalo Calvino (Italia), Ian Monk (Inglaterra) u Oskar Pastior (Alemania) y tampoco impidió que sus estudios se ampliaran tanto horizontal como verticalmente: al resto del mundo (estudios sobre China, por ejemplo) y a lo largo de toda la historia (especialmente, la Antigüedad)

Todas las restricciones son a la vez “un obstáculo a tener en cuenta y una oportunidad, un desafío a la palabra a la vez que la vuelven posible, molestan el querer decirlo todo mientras ofrecen mil y una ocasiones de decir otra cosa”.

Al igual que ocurre en el texto de Alain Chevrier, el dilema final que nos ocupa antes de comenzar con los argumentos será el de libertad y restricción, dos opuestos que se unen en el proceso creador. ¿Cómo puede la falta de libertad desencadenar la libertad del creador? Para responder a este dilema tan paradójico, argumentaremos a través de la obra de Georges Perec, La Disparition, como ejemplo perfecto de la dualidad restricción-creación, para establecer así una afirmación defendible.

En primer lugar, La Disparition es un lipograma y, antes de nada, más vale definir claramente de qué se trata este fenómeno formal. Un lipograma es un “enunciado que prescinde de una o más letras del alfabeto”, es decir, la prohibición formal de utilizar una o más letras durante toda la obra.

en el caso de La Disparition, Perec evita la utilización de la letra ‘e’, la más usada en el idioma francés lo que significa tener acceso solamente a un tercio de las palabras francesas. En palabras de Marc Parayre, que formó parte

del equipo de traducción de La Disparition al español, “la restricción formal puede revelarse especialmente restrictiva cuando la letra dejada de lado es particularmente frecuente”, lo que demuestra el esfuerzo titánico de Perec al dejar de utilizar la letra más común de los textos en francés.

Sin embargo, el problema no está́ solamente en la ausencia o presencia obligatoria de una letra en un texto, sino también en que veta el uso de palabras imprescindibles, tales como ‘le’, ‘que’, ‘ne’, ‘en’ y sobre todo del sujeto ‘je’, el verbo ‘être’ o la conjunción copulativa ‘et’. Tampoco puede Perec disponer libremente del género femenino que, en francés, se construye con la letra prohibida.

Una vez especificada la dificultad de la obra en cuanto a su forma, La Disparition es una novela escrita por Georges Perec y constituida por 320 páginas, 78.000 palabras y 297.000 caracteres en la línea creadora del OuLiPo y su Literatura Potencial. En ella, Perec juega con el puente entre realidad y ficción desde el principio. La primera parte se vale de los elementos característicos de la ficción para luego ir desarrollando los elementos que identifican una novela policiaca.

El tema alrededor del cual se genera la novela es la desaparición, ya presente en el título. Dos desapariciones sorprenden al lector avispado (pues es posible leer la obra sin caer en la cuenta de alguna ausencia): el secuestro del protagonista en el argumento y el robo de una letra a lo largo de toda la obra, la ‘e’. Georges Perec, junto con los miembros del OuLiPo, pensaba que los escritores se encuentran atados de pies y manos por un monstruo insalvable al que llaman ‘inspiración’. Desde siempre, se han visto obligados a encontrar dicha inspiración en la restricción (versos, rimas, estrofas, capítulos…) pero sin que nadie cayera en la cuenta del elemento fundamental de la ecuación: la restricción. Para los miembros del OuLiPo, escribir ya no es el resultado directo de la inspiración, escribir es ahora profundizar en el significante y canalizarlo a través de la restricción; es la búsqueda más allá de lo necesario. Además, la restricción también puede constituir el estímulo esencial que desencadena al genio creador. Ítalo Calvino sostenía que dicha restricción “no ahogaba la libertad narrativa sino que la estimulaba”. ¿Y si la restricción, en suma, superara las fronteras de la creación y no fuera solamente un elemento en el proceso creador, sino también un elemento que generara efectos?

QP

Georges Perec: retrato de vida y obra de un jugador incansable

Georges nació en marzo de 1936, de familia polaca, sus padres habían emigrado a Francia en los años 20. Fue hijo único y pronto se quedó solo. Su padre falleció luchando contra la ocupación nazi días antes de la rendición de Francia. Su madre entonces mandó al pequeño Perec con su cuñada y su marido. Se quedaría con ellos como hijo adoptivo. Ella fue apresada por las autoridades hitlerianas y enviada a Auschwitz, donde en 1943 se le perdió la pista, aunque parece claro que pereció en una cámara de gas.

Toda la familia había adaptado su apellido de Peretz a Perec, dándose así más aires de bretones que de judíos polacos. El niño huérfano no supo de sus verdaderas raíces hasta que ya tuvo algo de consciencia de sí mismo; creyó en sus primeros años de vida que toda su familia fue siempre francesa.

Ya siendo joven adulto, el autor estudió sociología en la Sorbona y comenzó a colaborar con revistas literarias en las que publicaba críticas. Su carrera se vio brevemente interrumpida por el servicio militar, pero ni eso impidió que escribiera artículos para diferentes medios.

En 1960, con unos 25 años, se casó con Paulette Petras. Pasaron juntos un año en la ciudad tunecina de Sfax, donde ella había sido contratada como profesora.

Tiempo después, ya asentado el matrimonio en París, Perec comenzó a trabajar en el Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia, como bibliotecario y documentalista.

Las cosas o encontrar la felicidad en la riqueza

Georges ya había hecho intentos de escribir una novela, escribió varias de hecho, pero ninguna vio la luz. Habían sido como ensayos, experimentos o ejercicios que desde luego le ayudaron a progresar y a que surgiera su primera obra.

Las cosas, publicada en 1965, se hizo con el prestigioso premio Renaudot. La historia, de no mucho más de 130 páginas, se basaba en su propia experiencia con Paulette en ese año que ambos habían pasado en Sfax.

De Un hombre que duerme a OuLiPo

Dos años después de publicar Las cosas, Perec ya iría hilando una obra con otra hasta el final, salió a la luz Un hombre que duerme. Novela también corta y ya algo más peculiar. Lo primero que llama la atención es la persona en la que está narrada, la segunda del singular. De ese modo, el autor se dirige de forma directa al lector, introduciéndole en el relato de lleno.

“Lees, estás vestido, comes, duermes, caminas, que sean acciones, gestos, pero no pruebas, no monedas de cambio: tu ropa, tus alimentos, tus lecturas ya no hablarán en tu lugar, ya no tendrás que hacerte el listo a través de ellos. Ya no les confiarás más la agotadora, la imposible, la mortal tarea de representarte”.

Con esta obra el escritor llamó la atención de la Ouvroir de Littérature Potentielle (OuLiPo). Este grupo de intelectuales fue creado en 1960 por el matemático François le Lionnais y el escritor Raymond Queneau. El principal objetivo de OuLiPo es imponer preceptos matemáticos a la escritura, de manera que se potencie su contenido. El principio fundamental es el de la restricción. Para ellos las limitaciones autoimpuestas conseguirán desarrollar la obra de una forma mucho más imaginativa y original, y hasta más pura si se quiere.

Un miembro de OuLiPo no puede dejar de pertenecer a ella ni después de muerto. No puede renunciar ni se le puede echar. La única forma de salir de este club con ínfulas de secta secreta es suicidarse en una reunión delante del resto de miembros.

Con perdón de los grandes nombres de Queneau, de Italo Calvino y de Marcel Duchamp, que pertenecieron a esta hermandad de artistas experimentales, fue Georges Perec el que llevó la OuLiPo al siguiente nivel. En 1967 entró a formar parte y se ha erigido en la actualidad como uno de sus mayores ejemplos. A su vez, esta sociedad en miniatura le dio el empujón definitivo para hacer sus obras más carismáticas y aclamadas por crítica y lectores.

La disparition: el lipograma más largo del mundo

OuLiPo disparó a Perec, él que decía que no tenía imaginación, encontró inspiración en estas restricciones. De este modo, comenzó a experimentar con el lenguaje. Escribió un palíndromo de casi 1.300 palabras, colaboró con ciertos periódicos y revistas creando crucigramas, jugó y jugó con las letras hasta que surgió La disparition (la desaparición).

Eliminando la “e”, Perec estaba eliminando el 80% del léxico del francés. Decía el descendiente polaco que no tenía imaginación, que esta se disparaba gracias precisamente a la restricción. Sin embargo, en La disparition, consiguió crear algo impresionante para todo aquel que lo lea o se aproxime a la historia de su invención. La desaparición que hay en el libro no es propiamente la de los personajes, sino la de la “e”. El lector debe descubrir al autor, él es el que ha hecho desaparecer la “e” y ese es el misterio que quien sostiene este libro entre sus manos debe resolver: darse cuenta del engaño, de que le han secuestrado una letra.

Como se puede deducir, traducir esta obra no es tarea fácil. En inglés se le quitó también la “e” y se la tituló A void, en ruso le desapareció la “o” y en español, se le privó de la “a”. Casi 10 años se tardó en dar con el texto definitivo de El secuestro.

La vida instrucciones de uso: un puzle hecho novela

Uno de los problemas de la OuLiPo y sus restricciones es que los artistas casi nunca creaban algo muy largo. En los sesenta y setenta las grandes obras, las novelas “de verdad”, eran aquellas que superaban, a veces con mucho, las 500 páginas.

Las “obritas” de Perec a menudo no pasaban las 200. De hecho, una de las más largas, algo admirable por otra parte, es precisamente El secuestro, que roza las 300. El autor ya casi consagrado quería escribir una novela monumental, algo como La montaña mágica de Thomas Mann o el Moby Dick de Melville.

Y lo hizo. En 1978 veía la luz La vida instrucciones de uso. Una novela de alrededor de 600 páginas que más que un libro es un gigantesco cuadro. La historia transcurre en un gran inmueble de una calle inventada de París. El lector está frente a un edificio de 10×10 con la fachada desaparecida, de manera que se pueden ver en el interior los cubículos que forman las habitaciones de las casas y lo que sus inquilinos estaban haciendo dentro antes de que se detuviera el tiempo.

Porque sí, el tiempo de la obra está detenido, por lo que en su mayor parte está narrada en presente. Para escribirla Perec se autoimpuso más de 40 restricciones que por primera vez no estaban a la vista, sino ocultas. Por ejemplo, el orden de los capítulos está determinado por el movimiento del caballo en el juego del ajedrez. Siendo así, el lector va de la mano del escritor recorriendo en un zigzag bizarro la escalera y los pisos del edificio. Pero no es solo eso, además de ser un cuadro y un tablero de ajedrez, La vida instrucciones de uso, es por encima de todo, un puzle.

El nombre de Perec, que había ido perdiendo empaque con el paso de los años, resurgió con fuerza cuando La vida instrucciones de uso salió a la luz. Se la considera su mejor creación y le devolvió el puesto y la categoría, bien merecida, de genio.

Uno no sabe lo que se va a encontrar cuando abre un libro de Perec: listas, sueños, recuerdos, una historia, miles de historias, juegos de palabras, lipogramas, operaciones matemáticas, palíndromos, mucha imaginación y originalidad. Todo esto que suena fascinante sucedió, por supuesto, pero paralelamente a ello, al discurrir de la vida del Perec escritor, ocurría también la vida del Perec más privado.

Se separó de Paulette Petras y tuvo una relación algo tormentosa con Suzanne. Con ella y Truffaut vivió parte de la creación de El Secuestro en una casa que luego sería escenario de la película del de la Nouvelle Vague, Jules et Jim.

Terminó saliendo con Catherine Binet, una montadora de películas con la que estuvo hasta el final de sus días. Tan relevante fue su relación, que ciertas cosas de La vida instrucciones de uso tienen que ver con ella. Por ejemplo, se puede encontrar entre las páginas la fecha exacta en la que la pareja tuvo su primera cita.

Georges estuvo la mayor parte de su vida trabajando, encontrando ese difícil, a veces imposible, equilibrio entre tener un empleo que ayuda a subsistir y escribir en el tiempo libre. Trabajó en el Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia hasta 1979, cuando decidió que ya era demasiado mayor para perder el tiempo cogiendo el metro y se dedicó completamente a su carrera de escritor.

Esto duraría, por desgracia, muy poco. El autor y la persona Perec morían ambos, de forma repentina, en marzo de 1982, a pocos días de cumplir los 46 años, de un cáncer de pulmón tardíamente diagnosticado y contra el que no había nada que hacer.

Cada libro de Perec es un desafío para el lector, cada página una sorpresa, cada frase un regalo envuelto en un papel fabuloso. Leer a Perec en el contexto de la industria literaria actual resulta refrescante, reconfortante e inspirador. Atrévanse a darle la mano y jugar con él a desordenar y volver a ordenar palabras, déjense guiar por caminos sinuosos y no se asusten por los retos que plantea: merecerá la pena.

(Silvia Panadero. Las Furias Magazine)

Los cinco de Quique Pastor:

  • Cien mil millones de poemas, varios autores
  • Especies de espacios, Georges Perec
  • La vida instrucciones de uso, Georges Perec
  • El secuestro, Georges Perec
  • Facsímil, Alejandro Zambra