Taller Escribir décimas en el s. XXI con Alexis Díaz-Pimienta maestro de improvisación poética. 40€. Plazas limitadas. Inscripciones en [email protected]
#añoespineliano
08/06/2024 - 11:30 - Librería Proteo -
40€ Reserva de plaza: [email protected]
La décima es una estrofa poética que tiene más de 400 años. El malagueño Vicente Espinel fue su inventor y en homenaje suyo se la conoce hoy como décima espinela o espinela simplemente. La décima consiste en una agrupación de dos quintillas con esta estructura fija: abbaaccddc. Aunque puede considerarse una forma clásica, la tradición de improvisar versos en décimas ha pervivido hasta nuestros días en varios países sudamericanos, especialmente en Cuba, donde esta técnica es conocida como repentismo. Alexis Díaz-Pimienta (La Habana, 1966) es uno de los mejores decimistas y repentistas del mundo, un poeta sin igual en la técnica de improvisar versos que ha compartido escenario con músicos de la talla de Jorge Drexler, Ruibal, Rozalén, Martirio, El Kanka, Kiko Veneno, Zenet, Compay Segundo, Juanes o Joaquín Sabina, muchos de ellos también alumnos suyos. Creador de un método propio, El método Pimienta, para la enseñanza del arte de la décima, y de la Academia Oralitura de enseñanza online del arte de improvisar versos, su magisterio se ha extendido a alumnos aventajados, poetas y músicos, muchos de ellos muy jóvenes, que usan la décima en sus composiciones por su musicalidad especial. Así que estamos ante un tipo de estrofa llena de tradición, pero plenamente de moda, actualísima. Dentro del homenaje que El Tercer Piso de Librería Proteo ha querido rendir a Vicente Espinel en el #añoespineliano en el que se cumplen 400 años de su muerte, hemos invitado a Alexis a dar un taller exclusivo en nuestra sede: “Escribir décimas en el siglo XXI”. Tendrá lugar en El Tercer Piso de Librería Proteo de Málaga el sábado 8 de junio, en horario de 11:30 am a 14 horas. En él aprenderás las técnicas necesarias para poder escribir e improvisar tus propias décimas. Hay plazas limitadas que se irán otorgando por orden de inscripción en [email protected]. Más info en el 607458943. Precio por persona: 40 €.
EL MÉTODO PIMIENTA
¿El improvisador nace o se hace? Esta pregunta ha rondado durante siglos en la mente de improvisadores, amantes y estudiosos de la improvisación poética. Y la respuesta casi siempre ha sido la misma: «Nace. No se puede aprender a improvisar, porque es un don innato». Sin embargo, el Método Pimienta, con el que han aprendido cientos de niños y jóvenes en Cuba y en España, es una respuesta afirmativa y contrastada a esta pregunta eterna. Su creador, el repentista cubano Alexis Díaz-Pimienta, comenzó a los 5 años de edad en la radio y la televisión cubanas, y ha acumulado más de 40 años de experiencia repentista, más de 25 años de investigación y más de 15 años de prácticas docentes en Cuba, España y otros países de Iberoamérica. Este método es completamente lúdico y participativo, eficaz para aprender a improvisar en verso, en cualquier forma estrófica y en varios idiomas: español, portugués, italiano, gallego y catalán, fundamentalmente. Todo ello. . . en poco tiempo. No importa si el aprendiz parte de cero o si tiene experiencia y quiere perfeccionar sus técnicas. Además, el método está diseñado para aprender y también para enseñar. Incluye juegos orales, escritos, de mesa, de patio, de pizarra y cientos de ejercicios que pueden realizarse solo o en compañía. El Método Pimienta convierte en realidad la respuesta del maestro mexicano Guillermo Velázquez, a la pregunta eterna de si el improvisador nace o se hace: «El improvisador nace haciéndose».
El hijo del divorciado
El hijo del divorciado
se orina en la cama, llora,
con telarañas decora
las paredes del pasado.
Prometeo encadenado
a la nostalgia y al miedo.
Todo se torna remedo,
esquirla de espejo roto,
sombra de un dolor remoto,
uña que no encuentra el dedo.
El hijo del divorciado
juega a crecer y no crece,
ríe cuando le parece,
habla en sueños. Lo han dejado
doblemente mutilado.
Hacia dónde sonreír,
cuándo y cómo y qué decir
para empatar sus mitades.
Soledad, por qué lo invades.
Noche, déjalo dormir.
El hijo del divorciado
soy yo, el epicentro, el eje.
Pequeño Ulises que teje
su propio abandono. He dado
un plazo, pero es pecado
ordenar a los mayores.
Penélope busca flores
y Robin Hood otra aljaba.
Si la infancia se me acaba
no importa, vendrán peores
momentos en el futuro
(mi divorcio, por ejemplo).
Voy al espejo. Contemplo
mi rostro de niño duro.
«Hoy no he de orinarme. Juro
que voy a sobrevivir».
El vidrio se echa a reír,
el colchón se desternilla.
agrio charco en la mejilla.
Apago el foco. A dormir.
El hijo del divorciado
soy yo. Mi madre me besa,
mi padre siempre regresa
– no es que no esté: ha regresado–.
La vecinita de al lado
come bien, sueña en colores.
Miento: sueña con errores.
Miento: ella come muy poco.
Miento: su padre está loco.
Miento: son tres: dos mayores
y ella (como en los dibujos
que hacemos en el colegio
va en el centro: sortilegio
para fantasmas y embrujos,
para llantos y tapujos,
para camas orinadas…).
Miento: en todas las barriadas
hay niños con caras huecas,
y con mejillas entecas
y con sábanas mojadas.
El hijo del divorciado
no soy yo solo: son todos.
Si no, mírenles los codos:
cuando un niño está acodado
sobre su propio pasado
le queda esa marca oscura
y arrugada. ¿Quién procura
hacer que me sienta mal?
¡Viva el divorcio! Total:
la infancia no tiene cura.
(Alexis Díaz-Pimienta)
Alexis Díaz-Pimienta
Alexis Díaz-Pimienta (La Habana, Cuba, 1966). Residente habitual en España desde hace más de dos décadas, es escritor, repentista, performer, investigador, maestro de la improvisación poética, creador del Método Pimienta de enseñanza y de la Academia Oralitura de Improvisación poética. Ha publicado hasta la fecha 45 libros en varios géneros (novela, relato corto, ensayo, poesía, LIJ) y su obra ha sido traducida al inglés, francés, alemán, portugués, italiano, búlgaro, finés y farsi (en revistas y antologías). Ha obtenido 7 premios internacionales de poesía y 3 premios internacionales de narrativa (novela y cuento) en Cuba, España y México; sus últimos galardones y publicaciones han sido el Premio Iberoamericano de Relatos “Cortes de Cádiz” (2014) y el Premio Internacional de Novela “UNAM-COLSIN-SIGLO XXI”, en México, por su obra El crimen perfecto de Pedrito Mendrugo (2014) y una Mención Honorífica en el Premio Internacional “Sor Juana Inés de la Cruz (2014), en el género LIJ por su obra El libro de los niños que usan gafas. En poesía destacan sus libros Fiesta de disfraces (Calambur, Madrid, 2008, Premio Internacional “Los Odres”); Yo también pude ser Jacques Daguerre (Pretextos, Valencia, 2002, Premio “Emilio Prados”), En Almería casi nunca llueve (Scripta Manent, Almería, 2010, Premio “Surcos” en 1996) y Cuarto de mala música (Ed. Regional de Murcia, 1995, Premio “Antonio Oliver Belmás”). Ha sido finalista dos veces del premio Loewe y una vez de los premios Ciudad de Melilla (en España) y del premio Casa de las Américas (en Cuba). En 2010 su novela Prisionero del agua obtuvo el premio Puertas de Espejo, al libro más leído en la Red Nacional de Bibliotecas de Cuba, y su ensayo Teoría de la improvisación poética obtuvo el Premio Anual de Investigación Cultural que otorga el Centro Juan Marinello. El Diario Erótico de Robinson Crusoe (Scripta Manent) y El Quijote en verso son algunos de sus poemarios más conocidos.
Entre su obra narrativa destacan Huitzel y Quetzal (relatos, Ediciones Extramuros, Premio Luis Rogelio Nogueras, La Habana, 1991); Los visitantes del sábado (relatos, Premio Pinos Nuevos, La Habana, 1994). Prisionero del agua (novela, Alba Editorial, Barcelona, 1999; Premio Internacional Alba/Prensa Canaria, 1998)); Maldita danza (novela, Alba Editorial, Barcelona, 2002; Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2004); Salvador Golomón (novela, Algaida, Sevilla, 2005; Premio Internacional de Novela Luis Berenguel en 2004; finalista del Ateneo de Sevilla en 2004 y finalista del Premio Rómulo Gallegos, en Venezuela, 2007); Batido de chocolate y otros cuentos de sabor amargo (relatos, Ed. Palabras del Candil, Guadalajara, España, 2012; y Ed. Letras Cubanas, La Habana, 2012); El crimen perfecto de Pedrito Mendrugo (novela, Editorial Siglo XXI, México); Intercambio de tarjetas (relatos, Premio Iberoamericano de Relatos “Cortes de Cádiz, 2014); El huracán Anónimo (novela, Amazon, 2019).
Como repentista ha trabajado durante más de 30 años en la televisión y la radio cubanas y ha recorrido los escenarios de más de 40 países. Es el creador de nuevos conceptos como las “poemaciones” (poemas “sobre lecho musical” con estribillo), el “repentismo-fusión” (mezcla del repentismo con otras músicas cubanas) y el “neorrepentismo” (fusión del repentismo y la décima con otras disciplinas artísticas: cine, teatro, música, danza, fotografía o performance). Ha compartido escenarios con grandes artistas de la canción como Silvio Rodríguez, Joaquín Sabina, Jorge Drexler, Omara Portuondo, Compay Segundo, Amaury Pérez, Kiko Veneno, Javier Ruibal, Rozalén, Zenet, El Kanka, Amaury Pérez, Martirio, Julieta Venegas, Natalia Lafourcade y muchos otros.
@AcademiaOralitura / @ALEXISDIAZPIMIENTA
@academiaoralitura / @alexisdiazpimienta
@DiazPimienta
Blog Literario: www.cuartodemalamusica.blogspot.com
Vicente Espinel
Vicente Espinel (Ronda, Málaga, 28 de diciembre de 1550 – Madrid, 4 de febrero de 1624) fue un sacerdote, escritor y músico español del Siglo de Oro, autor de una novela picaresca, la Vida del escudero Marcos de Obregón (1618). A partir de sus Diversas rimas de 1591, transformó la estructura de la décima, estrofa conocida también como espinela en su homenaje. En la música se hizo famoso por dar a la guitarra su quinta cuerda, añadiendo una cuerda más grave a las cuatro ya existentes en aquel momento, como refiere Lope de Vega, que fue su alumno. En su memoria, el primer Instituto de Bachillerato de la provincia de Málaga, situado en la calle Gaona de dicha ciudad, lleva su nombre desde 1956.
El primer maestro de Espinel fue el bachiller Juan Cansino, quien le enseñó latín y música, artes que habían de darle mucha fama en vida. Cuando contaba alrededor de 20 años, marchó a estudiar a Salamanca, donde participó en las algaradas provocadas por el proceso seguido contra Fray Luis de León en 1572. Cerrada la Universidad por orden del corregidor, Espinel volvió a su ciudad natal, donde unos parientes instituyeron una capellanía de la que fue nombrado titular.
De nuevo en Salamanca, permaneció allí dos años más, pero las dificultades económicas y su espíritu aventurero le llevaron a alistarse en la Armada y a viajar como músico por tierras de Vizcaya, Navarra, Aragón, Valladolid, Madrid y Sevilla, amén de por Italia (Génova y Milán) y Flandes (esta vez como soldado). Sus viajes por los destartalados caminos de España, y aún de Europa, contribuyeron a enriquecer su bagaje literario, poético y musical, así como su experiencia en tipos humanos, mesones, costumbres…, y en las mil trampas y fullerías propias de la vida picaresca.
En el deseo de tener un retiro tranquilo se ordenó sacerdote, ejerciendo como tal en Ronda. Sin embargo, su estancia en la capital de la Serranía durará poco, pues echando de menos la vida brillante de la Corte, retornó allí. Nombrado maestro de la capilla del Obispo de Plasencia, adscrita a la Iglesia Real de San Andrés, gozó de una inmensa reputación entre sus contemporáneos. Aquejado del “mal de la gota” y ya anciano, murió en la capital del Reino, en 1624.
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